El Puerto de Ceuta enfoca una buena parte de sus proyectos y actuaciones en materia de gestión medioambiental. Este lunes, la entidad da un paso más en esta dirección e incorpora el uso de biocombustibles 2G.
Esta clase de carburantes reducen hasta en un 90% la emisión de CO2 respecto a los tradicionales. La empresa Moeve traslada en un comunicado que son “pioneros” en ofrecerlos en la entidad.
Dicha fuente de energía se produce en su parque energético localizado en Algeciras. “Ayudamos a nuestros clientes a cumplir con los objetivos europeos”, inciden. Estas metas están relacionadas con el programa FuelEU Maritime, la directiva medioambiental ETS y las regulaciones internacionales de la Organización Marítima Internacional.
“Mediante la implantación de este biocombustible de segunda generación Moeve busca aportar al puerto y a sus clientes un porfolio creciente de combustibles marinos y más soluciones energéticas sostenibles”, añade. Asimismo, la compañía destaca cómo la Autoridad Portuaria y Ducar Terminal han apoyado esta iniciativa y han colaborado para que se pueda realizar la venta de estos carburantes en el puerto.
Referencia en el Mediterráneo
La institución local asegura que el propósito final con este tipo de acciones es “convertirse en una referencia portuaria en el Mediterráneo”. Remarcan que esta novedad “es otro paso más para establecerse como un modelo a seguir en el ámbito del bunkering”.
Hacen hincapié en que todos los proyectos que desarrollan incluyen medidas para “la protección del entorno marítimo y la oferta a los clientes de los mejores servicios y productos”.
Aseguran que estas prestaciones siempre están bajo el ala de “la seguridad y de la calidad” y que se cercioran de adaptarlas a “las nuevas necesidades” que surjan en el sector.
Biocombustibles 2G
Los biocombustibles tienen su base en residuos orgánicos, como, por ejemplo, aceites usados de cocina o desechos agrícolas y ganaderos, entre otros. Estos pueden llegar a provocar un 90% menos de emisiones de carbono en comparación con los tradicionales.
Se pueden emplear sin necesidad alguna de adaptar o modificar los motores debido a que su composición es parecida al de los carburantes fósiles. Esto permite que se pueda utilizar en cualquier tipo de vehículo.
El País revela en un artículo que en el panorama comercial actual los barcos representan el 90% del tráfico de mercancías, lo que los sitúa como los responsables del 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y del 13,5% de las que se producen en el marco de la Unión Europea.
Iniciativas y normativa
FuelEU Maritime es una de las iniciativas que trata de replantear el uso de los combustibles en buques. Precisamente trata de potenciar el empleo de combustibles que sean sostenibles.
A estas se suman otras normativas y proyectos que tratan de alentar este cambio con la intención de disminuir la presencia de agentes contaminantes en los mares. Un ejemplo es la directiva medioambiental ETS, que establece un sistema de control de emisiones de dióxido de carbono en los flujos marítimos de la Unión Europea.
La misma obliga a todos los buques a pagar derechos de emisión en los puertos europeos en los que hacen escala. La regulación, que forma parte del plan Fit for 55, pretende agilizar la transición energética de las empresas hacia la descarbonización.
No solo será una medida para fomentar la utilización de fuentes de energía menos perjudiciales para el entorno natural. A su vez, alentará a la construcción de barcos más eficientes.
Reglas OMI
La Organización Marítima Internacional también contribuye al cuidado del medioambiente a través de su convenio MARPOL. El mismo incluye una serie de reglas en torno a la prevención de la contaminación atmosférica.
Versan sobre distintas cuestiones como la correcta eliminación de las basuras por parte de las embarcaciones de cruceros y sobre cómo deben tratar las aguas sucias. Los de pasaje también deben acatar todas las cláusulas sobre eficiencia energética y de polución en el aire.
La propia entidad asegura en su página web oficial que desde el inicio de enero de 2020 el contenido de azufre en el combustible de los navíos que operan fuera de las zonas de control de emisiones está limitado a un 0,50%. Previamente, el índice estaba fijado en un 3,5%.