Si la de veces que la clase política asegura luchar por Ceuta lo hiciera realmente hoy seríamos la joya privilegiada del país. Desgraciadamente no es así. El futuro inmediato augura malos tiempos para una juventud que se ve en la obligación de marchar fuera y eso no es bueno. No lo es ni para ellos ni para una ciudad que pierde su base.
Hoy tendrá lugar el Pleno de Presupuestos y será el momento de escuchar a los líderes de las distintas formaciones. Lejos del discurso políticamente correcto habrá que leer entre líneas para dar con los verdaderos intereses de esos partidos, si se centran en ese lema de ‘Por Ceuta’ o si realmente buscan mejorar sus negocios.
Ese es el riesgo al que nos enfrentamos, el tener una clase política que ha malmetido el puro concepto de la democracia para garantizar el bienestar de los afines, amigos, círculos de poder.
Ese es el cáncer para nuestros hijos. Nos preguntamos si tendrán futuro o si ese concepto está reducido únicamente al beneficio de los elegidos.
Ceuta tiene yacimientos por explorar y explotar que van más allá de esa economía que nos venden. La clave radica en si esa clase política está interesada en que esta Ceuta sea de todos y para todos o no.
Tristemente vemos ejemplos asentados en la sociedad cada vez más evidenciados y radicalizados que fomentan una Ceuta enfrentada por cuestión de religión o de poder. Los extremos son malos aunque se disfracen con un ‘Por Ceuta’.
"Ceuta tiene yacimientos por explorar y explotar que van más allá de esa economía que nos venden".
Eso dice el artículo. Pero no dice ni donde están ni de qué son esos yacimientos.