El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta ha suspendido hasta este miércoles la finalización de un juicio sobre una supuesta agresión sexual a una menor de 16 años.
Se ha tenido que aplazar la vista un día a falta de la testifical de uno de los tíos de la menor, que no ha comparecido.
Esta vista ha comenzado con la declaración de la adolescente, lo era cuando ocurrieron los hechos, ya que denunció que se produjeron la noche del 11 al 12 de octubre de 2017.
Acudieron a Ceuta por una boda
La menor relató que vivía en Madrid, junto a su hermana y su madre, y que decidieron bajar a Ceuta para la boda de un familiar.
Una vez estando en nuestra ciudad, una prima suya le pidió que se quedara cuidando a sus hijos mientras que preparaban los preparativos de una boda.
La menor accedió, ya que le encantan los niños, y se trasladó hasta la casa de su prima. Una vez allí y jugando con ellos, apareció el acusado, a pesar “de que dijo que estaría en Marruecos y que no podría venir a Ceuta”.
Una vez el acusado se encontraba en el domicilio, la menor detalló que se produjeron los tocamientos hasta en dos ocasiones y en dos lugares diferentes del domicilio.
Los hechos
En primer lugar, la menor señaló que estaba jugando en el salón cuando de repente le abrazó el acusado y le empezó a hacer tocamientos en sus partes íntimas. “Le dije que parara, no me podía creer que estaba pasando eso”.
Ante esa situación, se fue a la cocina acompañada de los niños. Me tumbe boca abajo porque ellos empezaron a saltar por encima mía y salían corriendo. “En uno de esos momentos que los niños se fueron de la cocina, él aprovechó y se tiró encima mía, inmovilizándome y volviéndome a realizar tocamientos”.
Una situación que le llevó a la menor a la incredulidad, sin “saber reaccionar”. “No sabía cómo contarlo, no me iban a creer. Él era una persona muy conocida en el barrio por ser muy religioso”.
“No lo conté desde un principio porque sentía que no me iban a creer e incluso ahora que lo he contado hay parte de la familia que lo apoya”, señaló la menor cuando desveló que la unidad familiar se ha roto desde que relató lo sucedido.
El miedo de la menor a no ser creída por la agresión
La menor, señaló, que primero lo contó a un familiar, un tío suyo, que no la creyó. “Me dijo que eso no podía ser, que él era una persona buena”.
Unas manifestaciones que hizo a la menor callar e incluso hablarle por teléfono móvil al acusado para intentar sacarle el reconocimiento de los hechos.
“Le hablé porque quería demostrar a la familia que era infiel, hasta que mi hermano habló conmigo y me dijo verdaderamente lo que era: un pederasta”.
Una versión que fue corroborada por su madre y hermana, destacando la de esta última que señaló que fue ella la que le dijo que tenía que contarlo todo, que no se podía callar.
Un tío de la menor, que es el único que mantiene vínculo con ella, señaló que ha recibido hasta amenazas y lesiones por parte del acusado y de su familia para que no viniera a testificar.
“Me tuve que ir hasta de Ceuta. Me creo a mi sobrina porque hasta él mismo me lo confesó por un mensaje”.
El acusado niega los hechos
El acusado, por su parte, negó todos los hechos y señaló que sí mantuvo conversaciones, pero solo por seguirle el juego. “Nunca he hecho nada, ni la he tocado, se lo ha inventado”.
Al ser preguntado si sabía su edad, él señaló que la menor le dijo que tenía 17 para 18 años.
Fiscalía le pide hasta 10 años de prisión por un delito de agresión sexual, inhabilitación especial para cualquier profesión, oficio o actividades, sean o no retribuidos, que conlleve contacto regular y directo con personas menores de edad por un plazo superior entre 5 y 20 años a la pena de prisión impuesta, así como una medida de seguridad de libertad vigilada de 10 años.
Además de un orden de alejamiento y comunicación con la menor de 20 años. El pago de la responsabilidad civil se cuantifica en 2.000 euros.