Hace unos días, el mundo entero se estremeció al conocer la noticia de que Abdou Ngom había fallecido. La vida del joven que recibió el abrazo de Luna, voluntaria de Cruz Roja, después de cruzar la frontera de Ceuta, se había apagado para siempre en Málaga, lejos de su familia.
Para repatriar su cuerpo hasta su país natal, Senegal, necesitan en torno a 4.000 euros. Eso es lo que le pide una empresa para hacerse cargo de este traslado. Por eso, amigos y conocidos no han dudado en lanzar una campaña solidaria para que Abdou pueda descansar en paz en su lugar de origen.
La campaña pretende ser una colecta de fondos para repatriar el cuerpo de Abdou Ngom a Senegal y para ello han abierto un número de cuenta donde poder hacer las donaciones.
Dónde enviar las donaciones
Concretamente, la cuenta para recibir las donaciones se encuentra en La Caixa y todo aquel que desee colaborar puede hacer su aportación económica en el número de cuenta ES97 2100 2048 5302 0029 8744.
Además, también se pueden enviar Bizzum a los teléfonos 661 792 314 y 611 219 721.
Con el dinero recaudado, Abdou Ngom podrá volver a Senegal y poner fin a su historia con dignidad.
Ayudar a su mujer y su hija
Asimismo, a través de esta campaña y si hay dinero sobrante, se pretende enviar una ayuda económica a la mujer de Abdou Ngom, que vive en Marruecos con la hija en común de ambos.
Y es que Abdou ha dejado una bebé de tan solo un año que no podrá conocer a su padre pero que hará que su legado se mantenga vivo cuando conozca su historia.
Desde España, el joven senegalés enviaba dinero a su familia para que pudieran mantenerse gracias a su trabajo como albañil. Sin embargo, tras su muerte, madre e hija han quedado desamparadas sin saber cómo hacer frente al pago del alquiler y la guardería de la pequeña.
Una vida de sufrimiento
Abodu llegó por primera vez a España en 2021. Lo hizo entrando a Ceuta durante la crisis migratoria que ocurrió en mayo de ese año.
Sin saberlo, la imagen de su llegada, completamente abatido, mientras recibía el abrazo de Luna, una joven voluntaria de Cruz Roja, se convirtió en un símbolo de la crisis migratoria.
Esta imagen dio la vuelta al mundo. Abdou representaba el sufrimiento de miles de personas que luchan por encontrar un futuro mejor. Sin embargo, él no ha visto cumplido ese anhelo.
Su devolución a Marruecos
Tan solo unos días después de entrar a Ceuta, Abdou fue devuelto a Marruecos. Allí pasó varios años hasta que volvió a intentar llegar a España. En ese tiempo conoció a su mujer y nació su hija.
En noviembre de 2024, Abdou dejó atrás su vida en busca de nuevas oportunidades para tener un proyecto de vida en España junto a su mujer y su hija. Así pues, puso rumbo a Canarias en un cayuco.
Concretamente, llegó a Lanzarote, desde donde fue trasladado a un centro de acogida de la isla y, posteriormente, a Barcelona.
Una nueva vida en Málaga
Allí se reencontró con su amigo Mbaye, a quien conoció años atrás en Marruecos. Con él viajó hasta Málaga, donde vivían juntos y donde parecía que su sueño español se estaba cumpliendo.
En Málaga trabajaba como albañil y le pasaba dinero a su mujer y su hija. Así era hasta que falleció el pasado martes.
Su amigo Mbaye relataba hace unos días en una entrevista a este medio de comunicación que Abdou se encontraba mal desde el viernes anterior. El martes, estando Mbaye de viaje, llamó a su amigo y “me dijo ‘no me siento bien’”.
Alarmado, contactó con otros amigos para que fueran a verlo, pero ya nada se podía hacer. Abdou había fallecido.
Aún no conocen las causas de la muerte. Están a la espera de conocer los resultados de la autopsia y mientras eso ocurre, están haciendo las gestiones previas para intentar repatriar el cuerpo del joven Abdou a su país, Senegal.
Así vamos a llorar nosotros algún día, y no muy lejano...
Los tenemos que mantener a todos incluido y ahora esto,los de cruz roja que lo paguen
A ver donde está tanto solidario de buenas palabras ahora... Que. A la hora de rascar el bolsillo, se acabó la solidaridad y empatizar. Lo raro es que no salgan diciendo relativos a qué no sé quién te ayude y bla bla bla... Pero de dinerito... Ni un eurito.