En España, y también en Ceuta, hay muchas mujeres que dedicaron su vida al cuidado del hogar y la familia sin tener la oportunidad de cotizar a la Seguridad Social. Esa labor silenciosa, aunque imprescindible, no siempre ha sido reconocida a nivel económico. Por ello, al llegar a la edad de jubilación, muchas se encuentran sin recursos ni derecho a una pensión contributiva.
Para cubrir esa realidad, el Estado ofrece una alternativa: la pensión no contributiva de jubilación, un respaldo destinado a quienes no pudieron trabajar fuera del hogar o no cotizaron lo suficiente. Se trata de una ayuda mensual que gestiona el Imserso junto con las comunidades autónomas.
¿Qué cantidad se puede cobrar?
Para el año 2025, esta ayuda puede llegar a los 564,70 euros mensuales, lo que representa un total anual de 7.905,80 euros, distribuidos en 14 pagas. Esta cifra no es fija para todas las solicitantes. Dependerá de su situación personal y familiar, especialmente de los ingresos de quienes conviven en el mismo domicilio.
Además, en algunos casos se pueden percibir complementos por discapacidad, si la persona beneficiaria tiene algún grado reconocido de minusvalía.
Requisitos para acceder a la pensión no contributiva
Este tipo de pensión está dirigida a personas en situación de necesidad económica que no tienen acceso a una pensión contributiva. Para poder solicitarla, es necesario cumplir con los siguientes requisitos:
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Edad mínima: tener al menos 65 años.
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Residencia legal: haber vivido en España al menos 10 años, de los cuales dos deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de la solicitud.
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Ingresos limitados: no superar los límites económicos establecidos.
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No percibir otra pensión contributiva del sistema de Seguridad Social.
¿Cuáles son los límites de ingresos?
Uno de los factores determinantes para acceder a esta pensión es el nivel de ingresos. El límite general para una persona que vive sola es de 7.905,80 euros al año. Pero si convive con otras personas, estos límites se amplían según el número de miembros en el hogar y su parentesco. Por ejemplo, si se vive con:
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Una persona (cónyuge o familiar hasta segundo grado): 12.326,02 €/año.
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Dos personas: 17.401,44 €/año.
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Tres personas: 22.476,86 €/año.
Si los convivientes son padres o hijos, los umbrales aumentan considerablemente. En el caso de convivir con tres hijos o padres, por ejemplo, el tope puede superar los 43.000 euros al año.
Cómo solicitar esta pensión paso a paso
Solicitar esta pensión no contributiva es un proceso relativamente sencillo, aunque requiere reunir y entregar algunos documentos básicos. Estos son los pasos principales:
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Obtener el formulario oficial, que puede descargarse desde la página web del Imserso o recogerse en los servicios sociales de tu comunidad autónoma.
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Rellenar la solicitud y adjuntar documentación como el DNI, certificado de empadronamiento, y justificantes de ingresos o situación patrimonial.
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Presentar la solicitud de manera presencial en los servicios sociales de tu localidad o, si la comunidad autónoma lo permite, por vía telemática.
La resolución de la solicitud puede tardar varios meses. En caso de ser aprobada, el pago de la pensión tiene efecto retroactivo desde el primer día del mes siguiente a la solicitud.
Declaración anual obligatoria para mantener la pensión
Una vez concedida la pensión, no todo termina ahí. Las beneficiarias deben presentar cada año una declaración de ingresos antes del 31 de marzo para certificar que su situación económica sigue cumpliendo los requisitos.
No presentar esta documentación puede suponer la suspensión temporal del pago. No obstante, si la persona presenta los papeles en los 90 días siguientes, puede recuperar la pensión, incluidos los meses impagados.
Una medida clave para reducir la desigualdad
Esta pensión representa mucho más que una ayuda económica: es un reconocimiento al trabajo invisible de tantas mujeres que, durante décadas, sostuvieron sus hogares sin acceso a una carrera laboral ni a los derechos que de ella derivan.
En un contexto en el que la brecha de género aún persiste en muchos aspectos del sistema de pensiones, esta prestación es una forma de ofrecer dignidad y autonomía económica en la vejez a quienes no tuvieron la oportunidad de cotizar.