Un mes y dos días después de su fuga de la prisión de Madrid 2 el ceutí apodado ‘Pastilla’, que estaba encarcelado acusado de dos asesinatos, fue detenido ayer en una estación de tren de Leipzig, en Alemania, gracias al trabajo de la Policía Nacional en coordinación con otras Fuerzas de Seguridad a través de la Red Europea de Equipos de Búsqueda Activa de Fugitivos.
A la espera de que Instituciones Penitenciarias complete el expediente abierto para esclarecer las circunstancias en las que el preso preventivo pudo salir por la puerta del centro penitenciario de Alcalá-Meco como si tal cosa, que debe aclarar a fondo un mayúsculo patinazo sea cuales fueran las causas que lo motivaron, la rápida localización del individuo a miles de kilómetros de nuestro país deja varias lecciones positivas.
La primera refrenda el buen trabajo de la Policía Nacional, que los primeros actos de la conmemoración de su 200 aniversario en la ciudad presumía con razón de ser uno de los Cuerpos más apreciados a nivel internacional por el buen hacer de sus integrantes.
Lo sucedido también permite valorar la utilidad de las herramientas internacionales de combate del crimen, en este caso a escala europea, aunque en ocasiones desde el populismo se critique la integración de España en la UE y otras estructuras más allá de nuestras fronteras.
La globalización del crimen y la delincuencia debe ser respondida con instrumentos con la misma capacidad de expansión sin perder el conocimiento y seguimiento de la realidad cercana y cotidiana que las Fuerzas de Seguridad están obligadas a mantener. En este caso la conexión ha llegado desde el ámbito más pequeño de Ceuta hasta Alemania y el resultado ha sido el esperado y deseable.