La Policía Nacional detuvo ayer por la tarde a los tres presuntos autores o implicados directamente en los disparos que el pasado sábado alcanzaron a un menor de edad en la barriada del Príncipe Alfonso. El trabajo de los agentes de la Jefatura Superior ha sido rápido (los arrestos se materializaron en menos de 48 horas después del suceso) y contundente para poner a los delincuentes y criminales que ponen en jaque a una barriada y el resto de la ciudad donde deben estar, a disposición de la Justicia.
La ciudadanía debe seguir exigiendo a las Fuerzas de Seguridad lo mejor de sí mismas en el ejercicio de sus competencias, para lo que es imprescindible dotarlas de los recursos humanos y materiales necesarios.
Evitar que se produzca un suceso no siempre es posible ni aunque la presencia policial en barrios donde antes era mucho menos frecuente sea un hecho constatado, como hoy sucede en el Príncipe. La respuesta a los actos violentos que se producen debe estar dirigida como en este caso por la diligencia en las investigaciones y el esclarecimiento lo más rápido de su posible autoría, como ha vuelto a suceder en esta ocasión a la espera del pronunciamiento judicial sobre las pruebas que se aporten.
Los éxitos de la Policía Nacional (o de la Guardia Civil y la Local) lo son de toda la ciudadanía de bien, que como con los últimos crímenes que han conmocionado a Ceuta tiene que mantener las mismas convicciones: máxima colaboración y plena confianza en el trabajo de las Fuerzas de Seguridad para seguir rebajando los índices de criminalidad locales, como se está logrando.