Es la línea imprevisible. Hoy sí, mañana no.
Marruecos acepta a su manera las devoluciones de sus nacionales que han llegado a Ceuta sobre todo
bordeando los espigones, la vía que ha terminado por sustituir a las tradicionales
llegadas en embarcaciones. Las buenas relaciones entre países se aprecian únicamente en los compromisos políticos que de cara a la galería ofrecen los distintos gobiernos. A pie de frontera se cumplen mejor que hace años, pero con sus resacas particulares.
Esta semana ha tocado adoptar el modo de la ‘no’ colaboración. Y así, no se han aceptado a los
marroquíes llegados a la ciudad que estaban siendo entregados por las fuerzas de seguridad españolas a pie de frontera.
En dos días ha habido alrededor de 50 entradas, la mitad de menores de edad. Los adultos, en aplicación del protocolo de devolución, se iban a poner a disposición del vecino país. No aceptaron a ninguno, ni a los adultos ni a los que, diciendo ser menores, no lo eran en apariencia física.
Lo que ha ocurrido en estos días llama más la atención al producirse en un
momento de repunte debido a las malas
condiciones meteorológicas, pero esa colaboración a pie de frontera se resiente en otras ocasiones sin que haya una respuesta oficial motivada.
Así ocurre hasta el punto de ser más factible una devolución vía Península que a través de la aduana de Ceuta.
De la hilera de menores que han sido trasladados al centro de ‘La Esperanza’, tras la realización de las pruebas se ha evidenciado que algunos de ellos no lo eran, confirmándose su edad superior a los 18 años.
No obstante Ceuta ha optado por declarar una emergencia migratoria por las últimas llegadas, tal y como informó Europa Press.
Así, optó por activar la declaración de un plan de contingencia de emergencia para solicitar ayuda del Ministerio de Infancia y Juventud y el resto de comunidades autónomas con el objetivo de derivar a la Península a parte de los más de 180 menores extranjeros no acompañados que ya albergan sus centros de acogida.
Fuentes gubernamentales advirtieron que la presión migratoria infanto-juvenil procedente de Marruecos “desborda las capacidades de la ciudad”, que según el acuerdo alcanzado en 2022 no debería tutelar a más de 88 menores foráneos sin compañía en una coyuntura idónea y en ningún caso a más de 132.
La Ciudad reclama una intervención urgente al respecto.
Las claves
Entradas
Esta semana. En los últimos días ha habido un repunte en las entradas asociado al mal tiempo que es aprovechado por quienes piensan que habrá menos vigilancia. La mayoría de las entradas ha sido de menores.
¿Qué ha pasado?
Sin admisión. En el caso de los adultos, al ser entregados en frontera para su devolución al país de origen, se ha rechazado.
Situación
Por temporadas. Sobre el tapete las relaciones políticas aseguran ser de coordinación completa pero a pie de frontera vienen sometidas por imprevisiones.