La comunidad hindú de Ceuta abraza por segundo día consecutivo a Ganesh. Esta deidad, con un papel crucial en sus vidas y en su creencia, es venerada a horas de su inmersión, momento culmen de la festividad.
Mantras a la luz de un candil, cánticos y palmas lo acompañan en esta jornada en la que el templo de la calle Echegaray rezuma espiritualidad y tradición. Son varias las familias las que comparten estos momentos especiales en la antesala de la sumersión.
Algunos, de rodillas ante el altar, le han profesado su fe. El ritmo del tambor ha invadido la sala, en la que no hay cabida al silencio ya que es un momento de júbilo para todo el colectivo.
Cada asistente está presente por una razón u otra. Ya sea por su creencia o por acompañar a un allegado, cada uno de ellos se ha unido a esta celebración para entonar piezas dedicadas a Ganesh.
Viajar para el culto
Algunos incluso participan sin residir en la ciudad. Es el caso de Pravesh Oogarah, afincado en Tánger. Él en realidad procede de Mauricio, una nación insular en el océano Índico. Su lealtad hacia la deidad lo ha llevado junto a su pareja a formar parte de esta reunión.
“Es para mí un dios. Necesitamos recordar que él es la primera deidad para nosotros antes que otro cualquiera del hinduismo”, traslada a El Faro. Hace hincapié en sus palabras en lo que significa Ganesh para los hindúes y cómo año tras año le dedican esta fecha especial en el calendario. “Es la cabeza visible del esfuerzo. Él puede eliminar todos los obstáculos de la vida y acudimos a él para que los borre”, destaca.
Tiene peticiones personales para esta entidad divina. “Le pedimos salud, paz mental, amor y calidad. Todo este tipo de cosas son muy fáciles para él y que el universo y el mundo entero se beneficien de su amabilidad”, comenta.
Unirse al rito
Otros se encuentran este domingo en el templo a raíz de su vínculo personal con el colectivo. Es el caso de Diego Villatoro que está casado con una mujer hindú.
Él no se considera creyente, pero asiste al culto y cuenta cómo cada año lo llevan a cabo en casa. “Soy parte de la comunidad de algún modo”, menciona. “Es para mí algo
cultural. Se celebra en casa y en esos días se come distinto; vegetariano. Mi mujer reza, vemos a los amigos por este motivo y hacemos reuniones. Tiene un tinte festivo”, especifica.
Su relación con el colectivo es anterior a su matrimonio. Diego ya tenía contacto con su cultura desde niño a causa del ejercicio laboral de su padre. “Pertenecía al gremio del comercio y por eso conozco prácticamente a todo el mundo desde pequeño. Siempre he sido bien acogido en la comunidad”, concluye.
Ganesh continúa a horas de la inmersión, momento clave de esta celebración. Usarán para la ocasión una representación de la divinidad de menor tamaño y hecha con materiales biodegradables.