Manuel Moral es de Torredelcampo, un pueblo de Jaén donde el mar es de olivos. Cada verano, desde hace cerca de cuarenta años, viaja hasta Algeciras para montarse en el barco, cruzar el Estrecho de Gibraltar y acudir puntual a la Feria de Ceuta a trabajar: “Llevo muchísimos años viniendo. Antiguamente, lo que traía era un carrito con globos, patatas fritas, golosinas y ese tipo de cosas que se vendían en las ferias. Ahora tengo un remolque de patatas asadas y vendo también patatas fritas. Somos muy conocidos porque llevamos toda la vida viniendo a la ciudad. La gente acude en busca de mi hijo cuando llegamos. Somos parte de la feria de Ceuta”, explica.
La patatas de Manolo (Patatas Barty) que se pueden encontrar frente a la caseta Los Peregrinos, son famosas en la feria de la ciudad donde cada noche muchos acuden en busca de sus elaboraciones para saciar el apetito a base de los buenos y sabrosos ingredientes que conforman estas populares ‘papas asadas’: “La materia prima la compro en Ceuta. Las patatas las encargo en Contreras y los congelados en Borrego, por darte algunos ejemplos. Vengo a ganarme mi jornal como feriante que soy, pero también gasto y dejo dinero en la ciudad”, comenta.
Para este jiennense venir a Ceuta es una tradición y, a pesar de las dificultades que conlleva, asegura haber echado en falta esta parada de su calendario de feriante durante la pandemia: “Viajar hasta esta ciudad es más costoso que ir a otras porque, además de la gasolina del trayecto, hay que pagar también el transporte en el barco, pero merece la pena. Si no se ganase dinero, la gente no vendría. Lo único que no me gusta es el regreso porque con la Operación Feriante, los registros y demás, nos tiramos muchas horas esperando y hasta que te ves en la carretera es un suplicio, la verdad, pero bueno; merece la pena”, relata.
De las Fiestas Patronales de Ceuta le gustan muchas cosas pero, sobre todo, lo que más le llama la atención es la seguridad que se respira en el recinto y la limpieza del ferial: “En esta feria da gusto lo limpio que está todo y la cantidad de policías que hay vigilando siempre. Cuando estaba por el puerto me gustaba menos pero la actual ubicación me parece estupenda”, comenta.
Una vez concluida la feria de Ceuta, pondrá rumbo con su caravana a la siguiente parada de su calendario: “Cuando acaba la feria me voy para San Roque, en el Campo de Gibraltar. Pero para eso todavía quedan días, así que a disfrutar y comer patatas asadas en la feria”, concluye Manuel.
Y comprando productos locales, que le vaya bien
Que venda muchas papas, ya que viene de tan lejos, debería de estar subvencionado, ver para creer, subsistir vendiendo patatas.