El pasado 10 de junio de 2025, Lucía Cerdeira Argüelles asumió oficialmente, tras su designación mediante Decreto Ministerial de 10 de septiembre de 2024, el cargo de Cónsul Honoraria de Italia en Ceuta y Melilla.
Cerdeira ostenta este cargo con el propósito de dar continuidad a la labor desarrollada por su predecesor, Clemente Cerdeira Morterero, su padre, y con la voluntad de fortalecer los lazos de amistad y colaboración que históricamente han unido a este Consulado Honorario con las instituciones locales.
La joven cónsul ha hablado con El Faro y ha asegurado que asume el cargo “con un gran sentido del deber”.
- Asume un cargo que también desempeñaron su padre y su abuelo. ¿Qué significa para usted continuar con esta tradición familiar al frente del Consulado Honorario de Italia en Ceuta y Melilla?
- Para mí, es mucho más que un nombramiento institucional: es un compromiso profundamente personal. Desde muy joven he vivido de cerca lo que este cargo significa para mi padre y para mi abuelo, no solo en términos de responsabilidad, sino también de entrega y cercanía con la comunidad italiana.
Poder continuar ese camino me llena de orgullo, pero también me recuerda que comienzo con una base construida con años de trabajo honesto y vocación de servicio. Asumo esta nueva etapa con ilusión, con respeto por lo que se ha hecho y con el firme propósito de seguir cuidando ese vinculo histórico entre Italia Ceuta y Melilla.
- En su toma de posesión destacó su compromiso con la protección de los ciudadanos italianos en la demarcación. ¿Cuáles serán sus principales líneas de trabajo en este ámbito?
- Mi prioridad es garantizar que cada ciudadano italiano en Ceuta y Melilla se sienta respaldado, informado y acompañado. Trabajaré en reforzar canales de atención consular, mejorar la comunicación directa y asegurar un acceso ágil a los servicios, especialmente en casos de emergencia.
También quiero estrechar la colaboración con las instituciones locales para facilitar la integración, movilidad y los derechos de nuestros ciudadanos, prestando especial atención a los colectivos más vulnerables.

- ¿Qué objetivos se ha marcado para reforzar las relaciones culturales, económicas y comerciales entre Italia y Ceuta?
- Uno de mis principales objetivos es posicionar al Consulado como un puente activo entre Italia y Ceuta, promoviendo iniciativas que favorezcan el intercambio cultural, educativo y económico.
Buscaremos fomentar la presencia de empresas italianas en la ciudad y apoyar proyectos conjuntos en sectores estratégicos como el turismo, la gastronomía, la innovación o la sostenibilidad.
En el plano cultural, impulsaremos actividades que fortalezcan el conocimiento mutuo, desde exposiciones y encuentros hasta colaboraciones con centros educativos e instituciones locales.
- En un contexto internacional cada vez más interconectado, ¿cómo imagina el papel del Consulado Honorario en los próximos años?
- En este mundo globalizado, los consulados honorarios tienen un papel cada vez más dinámicos. Más allá de sus funciones tradicionales, deben ser agentes de dialogo, cooperación y promoción de oportunidades.
Imagino un consulado más abierto, moderno, con presencia digital, capaz de responder a las demandas del presente sin perder la cercanía con los ciudadanos. La diplomacia del siglo XXI necesita ser ágil, inclusiva y proactiva, y en esa línea quiero orientar nuestra labor en los próximos años.
- Su nombramiento tiene un componente institucional pero también emocional, por la historia que le precede. ¿Cómo vive personalmente esta responsabilidad y qué valores heredados de su familia quiere mantener en su gestión?
- Lo vivo con gran sentido del deber, pero también con mucha emoción. Este cargo no es solo un nombramiento, es una continuidad de una historia familiar que me ha marcado profundamente.
He crecido viviendo el nombramiento de mi padre y mi abuelo, su cercanía con la comunidad, su integridad y su amor por Italia. De ellos he heredado el valor del trabajo bien hecho, la importancia del respeto, la honestidad y el servicio desinteresado. Esos son los principios que guiarán mi gestión, con la mirada puesta en el futuro, pero sin olvidar nunca nuestras raíces.







Personalmente, no comprendo Italia en Ceuta sin la mediación de "un Cerdeira": la tradición en nuestra ciudad se funde con la continuidad, la familia y la responsabilidad de esa minidiplomacia en que consiste un consulado.
Felicidades, doña Lucía... ¡Ya está todo dicho!