El Teatro Auditorio del Revellín de Ceuta acogió este viernes por partida doble una obra teatral inclusiva del cuento clásico La Bella y la Bestia.
Bajo la dirección de Jesús Sanz-Sebastián, los ceutíes pudieron disfrutar de una obra que podría ser calificada de ‘diferente’ porque no cumple el estereotipo al que estamos acostumbrado pero con el que se quiere reflejar que lo importante es el interior de las personas.
Una vez se abrió el telón del teatro, los asistentes pudieron apreciar a la Bella, una brillante y guapa joven que perdió la vista cuando era niña. Por otro lado, salió la Bestia, un príncipe hechizado por no ser capaz de ver más allá del físico.
Sus caminos se cruzan cuando la Bestia toma como prisionero al padre de Bella, pero ella decide ocupar su lugar y vivir en el castillo con su peculiar anfitrión. En esta parte de la obra, como en muchos otros momento, la música fue la gran protagonista y el mejor hilo para seguir la historia.
La actriz-cantante ciega que realiza el papel de Bella intentó durante toda la obra fomentar los valores como la empatía, la inclusión, la diversidad y la aceptación de nuestras propias diferencias.
Una obra que es mucho más que es un musical, ya que es un proyecto cultural y educativo que habla sobre nuestra visión de la sociedad y la necesidad de desarrollar una mirada empática hacia las personas que consideramos diferentes.
Un emotivo espectáculo en el que los asistentes pudieron descubrir que existe otra forma de ver el mundo, al ritmo de divertidas canciones y con una espectacular y colorida puesta escena que los ha transportado desde un pequeño pueblo de Francia del siglo XIX hasta un castillo encantado.
En definitiva una obra teatral que gustó de principio a fin a los espectadores, donde se destacó la importancia de aceptar a todas las personas sin importar ninguna deficiencia de ningún tipo.