El equipo Hércules Rugby Ceuta traslada a los centros escolares los valores de este deporte que poco a poco resurge en la ciudad
El patio del Lope de Vega se convirtió en un improvisado campo de entrenamiento de rugby, gracias a una actividad impulsada por el equipo de Hércules Rugby Ceuta que busca fomentar entre los escolares los valores que propugna este deporte.
“Destaca por su disciplina y también por el respeto al rival y, sobre todo, al árbitro, algo que, hoy en día, está un poco en entredicho en otros deportes. Difícilmente se cuestiona una decisión arbitral y sólo el capitán se dirige a él y le habla de manera muy respetuosa dirigiéndose a él como señor”, explica uno de los integrantes del equipo que se encargó de ‘formar’ a estos pequeños jugadores.
El rugby está experimentando un periodo de auge en Ceuta y actualmente cuenta con otros dos equipos locales, además, del ‘Hércules’: el conjunto de militares y el de veteranos, integrado por antiguos miembros del Español de África, que jugaba en los años 80.
Esta actividad ya ha pasado por el colegio Beatriz de Silva y le ha tocado el turno a los alumnos del ‘Lope de Vega’, quienes acogieron muy gratamente la propuesta deportiva. “Es un deporte distinto y la novedad siempre llama la atención. Además todos pueden practicarlo independiente de sus habilidades o características físicas. Todo el mundo tiene su puesto en el rugby: niños y niñas, adultos, más o menos corpulentos. Cada uno tiene su sitio en el campo y juega en base a sus condiciones, de una u otra cosa”.
Ahora hay que intentar hacer cantera en Ceuta. De momento, parece que hay futuro porque estos alumnos disfrutaron ampliamente del nuevo deporte. “Nos están enseñando algunas reglas, cómo se juega y se hacen los pases y lo que hay que decir al árbitro, hablarle con respeto y educación. Y si nos hacen una falta, no hacer teatro”, comenta uno de los pequeños, mientras otra recuerda los valores que les han inculcado minutos antes. “Es un deporte con mucho compañerismo y en el que hay que ser muy educado y respetuoso”.
Lecciones bien aprendidas que siembran la semilla para que este deporte siga vivo en la ciudad.