Se tiene que investigar. El CECAM ha alertado de lo ocurrido esta mañana, tras recibirse aviso de la existencia de un ejemplar de tortuga laúd muerta en aguas del Sarchal, en Ceuta.
Estaba enganchada en un palangre de grandes dimensiones, elemento de pesca que sigue empleándose a pesar de las continuas denuncias hechas sobre todo contra pescadores marroquíes. Por eso se tiene que saber el tipo de elemento usado que provocó que esta especie quedara atrapada y muriera.
La tortuga laúd es considerada la más grande del mundo, ya que puede pesar hasta 600 kilos y alcanzar una longitud de 2,3 metros. El aviso de su presencia en el mar lo dio el ceutí Gerardo Valero y miembros de otra embarcación, siendo localizada por miembros del CECAM.
El cadáver estaba enganchado en un palangre de grandes dimensiones a la altura del Sarchal, pero “no se ha podido llevar a tierra por ser sábado y tampoco llevarla al muelle por su estado de putrefacción, mal olor y tamaño (es muy grande y pesa mucho), por lo que se ha decidido esperar al lunes”, explican en un comunicado.
En ese día se irá con equipos adecuados para el buceo y se revisará el aparejo para ver lo que hay bajo la superficie del agua y liberar el cadáver.
Investigar la causa de la muerte
Todo ello se quiere hacer en colaboración con el Museo del Mar, responsables de las especies marinas que aparecen muertas en el litoral de Ceuta. “Se le ha pasado aviso al biólogo para colaborar en el proceso de sacarla a tierra”, detallan.
“Se le solicitará al director del Museo del Mar que se le realice la necropsia y que se nos pase una copia del informe de los resultados para nuestros archivos, como siempre, en una colaboración total entré ambas entidades”.
La presencia de este tipo de especies en aguas de Ceuta no es muy común. De hecho, se suelen encontrar en todos los mares tropicales o subtropicales y tienen multitud de características únicas que las distinguen en buena medida de otras tortugas marinas.
Su tasa metabólica es aproximadamente tres veces mayor de lo esperado en un reptil de su tamaño, lo que, unido a sus intercambiadores de calor contra corriente y su gran tamaño, permite mantener una temperatura corporal de hasta 18 °C sobre el agua circundante.