Mohamed, Lina, Manar, Ismael, Ibrahim, Wael y otros tantos han cerrado este martes un ciclo en el salón de actos del CEIP García Lorca de Ceuta. Los alumnos de sexto curso A y B dan el último adiós al centro escolar que los ha visto crecer.
Dejan atrás la infancia para abrir paso a una etapa llena de experiencias en el instituto. Estos años de recorrido han quedado plasmados en un vídeo, una proyección que ha dado la bienvenida a los asistentes de su graduación. Fotografías de su primer año y del último se han sucedido ante la atenta mirada de los invitados.
Intercaladas con fotos de excursiones y de otras actividades, unas frases han aparecido en la pantalla a modo de despedida. La estancia, abarrotada de padres, se ha presentado con una imagen diferente a la habitual.
Globos, letras y otras decoraciones han sido el atrezo de los distintos actos que han compuesto este emotivo encuentro entre estudiantes, familiares y docentes. Una pequeña y gran casa en la que ha transcurrido su niñez. Todos han participado de una forma u otra a través de intervenciones con discursos, coreografías o canciones.
Bailes
A este formato audiovisual le ha seguido una serie de danzas, algunas de ellas diseñadas por los propios niños. El sonido de la melodía de ‘Mamma Mía’ de Abba se ha extendido entre las butacas. Los alumnos de sexto A han salido al escenario para acompañar la música con sus movimientos ensayados.
La clase B se ha decantado por el ritmo alegre y acelerado del tema ‘Limbo’. Las chicas del curso han sido las que han ofrecido esta actuación. Más tarde, ha sido el turno de otros integrantes de esa misma aula a golpe de una versión de bachata de ‘Corazón partío’, de Alejandro Sanz. La balada romántica se ha visto interrumpida por otra canción de estilo francés.
Los profesores también han salido a interactuar con el público mediante discursos en esta ceremonia para desearles suerte antes de su entrada al instituto. Almudena, una de las docentes, ha destacado que los estudiantes “están a punto de dar un paso importante en sus vidas, pero antes de hacerlo, quieren regalarnos un momento de arte”.
Madres
Cuatro madres han protagonizado por unos minutos la ceremonia. Ellas, en representación de todos los progenitores, se han colocado ante el atril para expresar todo su agradecimiento a los maestros que han apoyado a sus hijos en el camino.
“Han quedado en que irán a visitarte al salir del instituto. Eso no lo consigue cualquiera”, ha mencionado una de ellas, en referencia a uno de los docentes. Les ha dedicado palabras a ellos. A Fran, por hacer “que hasta el más remolón corra”; a Saba “por su cultura y firmeza”; a Patricia “por poner orden y ritmo a partes iguales” o a Encarni, “la que, dependiendo de la hora, es una seño más o la directora”.
“Cada uno de vosotros ha sido una pieza fundamental. Gracias por ayudarlos, por implicarse y por no perder el humor”, ha recalcado otra. La gratitud también la han dirigido a los propios niños. “Nos habéis enseñado que crecer es reírse, equivocarse e intentarlo de nuevo. Cerráis una fase, pero abrís otra. Vuestras familias siempre van a estar ahí”.
“Queremos expresar todo nuestro agradecimiento. Es un acto que nunca olvidaremos y es hora de celebrar. Ellos son los verdaderos protagonistas. Les espera el instituto con muchos desafíos y amistades”, han remarcado. “Los chicos que estáis aquí, tenéis talento. Enhorabuena, el futuro os espera”, han señalado. Han subrayado de la plantilla docente su enseñanza “en respeto, valores y compañerismo” y “las risas compartidas en los malos momentos”.
Han recordado también la dureza del confinamiento y cómo ellos los guiaron en este trayecto lleno de incertidumbre. “Está presente en la sala un gran equipo humano. La dirección ha sabido tomar buenas decisiones y ha hecho que el colegio sea un lugar seguro”, han indicado.
Dejan la escuela. Sus rostros han cambiado un poco y han ganado un tanto en altura. Se hacen mayores y, tras esta clausura, los esperan numerosas vivencias en el instituto a la vuelta del verano.