El cambio de temperaturas en Ceuta ha llegado de una forma repentina. Muchos vecinos ya guardan la ropa de invierno y la cambian por la de verano. Sin embargo, más allá de las modificaciones en el vestuario, la tendencia al alza en el termómetro puede tener un impacto en la salud.
Es por ello por lo que desde el HUCE remiten las recomendaciones de la Sociedad Española de Medicina Preventiva. La entidad señala una serie de indicadores que pueden prevenir efectos negativos.
A nivel individual se pueden seguir una serie de consejos para prevenir estas consecuencias. La organización estima oportuno permanecer en lugares frescos o climatizados “siempre que sea posible”. Indican que es preciso evitar la exposición al sol y el ejercicio físico intenso en las horas centrales del día, es decir, al mediodía y en las primeras de la tarde.
Hidratarse con regularidad también será esencial ante la llegada del calor en verano. Consultar las fuentes oficiales como la AEMET o el Ministerio de Sanidad puede ser útil para conocer bien la evolución meteorológica y las alertas que puedan activarse. Es necesario prestar especial atención a las personas mayores, con enfermedades crónicas o dependientes que vivan solas.
Cambio climático y salud
El ente elabora un comunicado para alertar sobre la importancia de aplicar una serie de modificaciones para cerciorar el bienestar y evitar cualquier problema derivado de la subida de grados. Este escrito surge ante la ola de calor en la que se ve inmerso gran parte del país para “advertir a la ciudadanía y a las autoridades sobre los graves riesgos que conllevan, especialmente en grupos vulnerables”, tal y como reflejan en el texto.
Asimismo, manifiestan que “el incremento en la frecuencia, duración e intensidad de estos episodios no es casual; es una consecuencia directa del cambio climático”. Apuntan a que “sucede por la quema de combustibles fósiles, la deforestación y un modelo de desarrollo insostenible”.
Al mismo tiempo que reclaman una acción “urgente” frente a “al aumento de temperaturas, la pérdida de biodiversidad y el deterioro de los ecosistemas que amenazan la salud global”. Recuerdan que, en este plano, “se asocian a un ascenso en la mortalidad y morbilidad principalmente por causas cardiovasculares, respiratorios y por la descompensación de enfermedades crónicas”.
Grupos vulnerables
“Los ancianos, los niños, los discapacitados, quienes cuentan con una afección crónica, están en una situación de pobreza o aislamiento social o trabajan al aire libre son los sectores más vulnerables”, inciden.
Hacen hincapié en los datos que se conocen acerca de la influencia de este condicionante del entorno en las personas. “Un estudio publicado en Nature Medicine estima que en 2023 se produjeron más de 47.000 muertes en Europa relacionadas con las altas temperaturas”, relatan.
“España es el cuarto país más afectado con 8.352 fallecimientos. Esta información evidencia que el calor extremo ya es una emergencia de salud pública”, comentan. Es por ello por lo que tienen una clara postura a favor de todas las iniciativas que permitan minimizar los efectos de este paradigma.
“Trabajamos para que esta esté en el centro de todas las políticas de mitigación y adaptación en los entornos relacionados con la sanidad y en colaboración con otros ámbitos”. Asimismo, aseguran que apoyan proyectos desde las autoridades “ambiciosos en reducción de emisiones, transición ecológica justa, y preparación del sistema sanitario ante los impactos climáticos”, expresan.
Medidas
A las recomendaciones individuales suman propuestas a corto y largo plazo a otros niveles con la finalidad de revertir la situación. Las más inminentes que pueden llevarse a cabo son varias.
La primera de las mencionadas es la implementación de un sistema de alerta basado en umbrales de temperatura, humedad e índice de calor para informar sobre los riesgos más próximos. Saber el dato podría servir para acometer pautas de protección.
A esta se suma la habilitación de los llamados ‘refugios climáticos’, lo que se traduce en espacios de refrigeración en bibliotecas, centros comunitarios y otros edificios públicos con especial presencia en zonas urbanas con mucha densidad demográfica o áreas verdes limitadas.
Los grupos con más posibilidades de sufrir impactos negativos también están en el foco de las sugerencias a través de programas de visitas domiciliarias o telefónicas para mayores, discapacitados o personas en aislamiento social.
Educación
La educación y la sensibilización son también pilares dentro de este listado de ideas de la entidad. Consideran oportuno realizar campañas para dar a conocer las amenazas del calor extremo, los síntomas de enfermedades relacionadas, así como prácticas para prevenir. A esta tanda de opciones más directas se suma la promoción de horarios flexibles o paradas obligatorias en las horas con temperaturas más altas en el terreno laboral.
Las que proponen para desarrollarlas con un efecto más visible en un mayor tramo de tiempo. Incluyen la incorporación de más espacios verdes, corredores bioclimáticos, techos y paredes verdes, así como el empleo de materiales reflectantes en edificios y pavimentos.
La sanidad también es otra de las columnas vertebrales en este paquete diseñado por la Sociedad Española de Medecina Preventiva. Los objetivos son reforzar el SNS para capacitar a profesionales con la finalidad de identificar enfermedades relacionadas con el calor y fortalecer la capacidad hospitalaria para atender picos de demanda en olas de calor, sobre todo, en urgencias.
Las políticas para reducir el impacto climático también forman parte de su planteamiento. Estiman necesario “acelerar la transición hacia fuentes renovables para reducir emisiones de gases de efecto invernadero y promover la rehabilitación energética de viviendas”, indican.