El plancton gelatinoso (medusas y aliados) siempre ha causado mucha impresión en los naturalistas por su belleza y gracilidad de movimientos, además del gran interés que suscita su antigüedad en relación al origen de la vida; por otra parte sus venenos siempre han estado interesando a la farmacología, por sus propiedades.
Humboldt quedó impresionado por estas criaturas y en particular por los preciosos trabajos ilustrados llevados a cabo por otro gran científico naturalista, Haeckel.
Pero al margen su belleza e interés científico, estas especies están causando profunda inquietud en la población ceutí y de otros muchos lugares de la costa española debido a sus picaduras.
Desde hace escasos días la ciudad ha sufrido cierta alarma por la gran arribazón de carabelas portuguesas, cuyo nombre científico corresponde con Physalia physalis.
Como publicamos en este mismo medio hace meses, cuando ofrecimos información sobre las molestas apariciones veraniegas y otoñales de las medusas, específicamente de la especie Pelagia noctiluca, hay que entender que tratamos con unas especies antiquísimas, que desarrollan su existencia en la columna de agua y muchas de ellas en alta mar.
A todos estos organismos, con formas extravagantes pero muy elegantes, que están cargados de células urticantes venenosas, con mecanismos de propulsión precarios (son por lo tanto mayormente desplazados y movidos por las corrientes oceánicas y los vientos), la ciencia marina los engloba dentro del concepto “plancton gelatinoso”.
En el caso que nos ocupa, tanto las medusas como las carabelas portuguesas son miembros de este nutrido y ponzoñoso club ancestral.
Sin embargo, las carabelas no son medusas, sino que pertenecen al grupo de los sifonóforos: organismos coloniales que han desarrollado fantásticas estructuras para ayudar a la flotabilidad y a la eficiencia predatoria. Sin embargo, para llegar a entender la capacidad adaptativa de las carabelas es muy interesante analizar los aspectos evolutivos generales.
En su origen, los cnidarios (todos aquellos organismos animales que poseen células urticantes) tuvieron una importante radiación adaptativa hacia distintos tipos de organización morfológica, dando lugar a familias y grupos diversos de criaturas, que consiguieron expandirse por los océanos y mares del planeta. Han conquistado todos los ambientes y hábitats marinos e incluso también han podido penetrar en las aguas continentales del planeta.
Desde morfologías tan simples como la hidra de agua dulce, o las típicas colonias de pequeños pólipos reunidos en torno a estructuras ramificadas, hasta los fastuosos arrecifes de corales, los corales de fuego o las preciosas gorgonias, todas estas especies son herederas de aquella gran radiación adaptativa comentada anteriormente.
En su origen los cnidarios eran pequeños seres gelatinosos, pero fueron evolucionando paulatinamente hasta desembocar en lo que se conocen como medusas u organismos medusoides por sus morfologías, como es el caso de los sifonóforos y, por tanto, de la carabela portuguesa.
Para entender a estos organismos hay que tener en cuenta que se fueron adaptando a diferentes ambientes, la mayor parte vírgenes para los macro-organismos, a la par que fueron inventando complejos ciclos reproductivos. La colonización de los fondos marinos tuvo como protagonista a cierto grupo de medusoides (formas parecidas a las medusas pero no medusas propiamente dichas) que se transformaron en pólipos y desarrollaron complejas colonias de individuos ramificados (a modo de colonias de hidras). Desde entonces, para estos cnidarios adaptados a los fondos marinos, la medusa solo ha quedado en algunas especies como parte de la fase reproductiva y en otros muchos casos, como los corales estrictos, esta fase medusa ha desaparecido completamente de sus ciclos vitales.
Sin embargo, a la vez que todo esto acontecía, puesto que la evolución es un proceso complejo que se repite allá donde hay posibilidades de adaptación, también se producían especializaciones de las colonias de pólipos que, recorriendo el camino inverso, se volvían a convertir en formas medusoides (no medusas estrictamente hablando) y se reencontraban con el ancho mar dejando atrás el fondo marino.
A lo largo de todos estos caminos evolutivos las formas medusoides especializadas a partir de colonias de pólipos se pueden resumir en dos grupos concretos, siendo los sifonóforos el que nos ocupa y en el que nos vamos a centrar; son además los que poseen una gran capacidad para crear estructuras de flotabilidad a las que insuflan gas.
Las colonias de pólipos se convertían en medusas, sin perder su condición colonial y por ello los sifonóforos son un organismo complejo, con pólipos que ejecutan distintas funciones como la alimentación, defensa o reproducción y en la que los individuos de la colonia tienen aspecto de pólipo o de medusa según la función que realicen.
Hay otros tipos de organismos complejos con aspecto medusoide que también guardan características morfológicas mixtas de pólipos y medusas como el que se muestra en la imagen siguiente que podría ser una pequeña Porpita porpita en desarrollo, este ejemplar proviene de las investigaciones en microfauna que se llevan a cabo en el museo del mar de Ceuta en el marco de diversos proyectos de investigación.
Los ejemplares de Physalia physalis que han llegado a nuestras costas no son habituales pero tampoco constituyen un hecho extraordinario. Las islas atlánticas: Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde conocen bien las arribazones de las carabelas portuguesas desde siempre, pues los fuertes vientos y los temporales las arrojan a sus costas. También en las costas marroquíes del sur se pueden observar con cierta frecuencia.
Estamos enclavados en la región de Alborán, que es la antesala del Mediterráneo occidental y, por lo tanto, la influencia atlántica se deja sentir aquí con más fuerza que en regiones más alejadas del embudo natural que forma el Estrecho de Gibraltar.
Las tormentas y borrascas centro-atlánticas son la causa de la expansión de esta especie hacia zonas en las que normalmente no se encuentran distribuidas, y las olas y los fuertes vientos de poniente que hemos sufrido en estas últimas semanas nos han traídos estas misteriosas y ponzoñosas criaturas.
Ahora bien, desconocemos si existen otras influencias relacionadas con el cambio global en la aparición de los sifonóforos en nuestra región, pues hay que tener en cuenta, como ya argumentamos en el caso de las proliferaciones de medusas, que la desaparición alarmante de predadores puede ser una razón de peso para el aumento exagerado de medusas.
Recordemos que son miles los peces luna, predadores bien conocidos de medudas y aliados, que mueren bajo la influencia de las redes en nuestras costas.
Tampoco podemos descartar que el enorme impacto de la contaminación a nivel global tenga relación con estas repentinas proliferaciones. Sin ir más lejos, en Ceuta hemos tenido un foco constante de contaminación durante años debido a la ausencia de mantenimiento de las infraestructuras de abastecimiento de fuel por parte de una famosa empresa petrolífera o la constante salidas de aguas fecales cuando llueven cuatro gotas.
Por lo tanto, a pesar de que lo mas posible es que la arribazón de carabela portuguesa de la semana pasada se trate de un hecho puntual debido a la climatología, no podemos descartar que se produzcan proliferaciones importantes en el futuro.
Sobretodo porque nos enfrentamos a un organismo que al igual que la medusa, que molesta durante los últimos años en nuestras playas, tiene un desarrollo directo del huevo al organismo sin pasar por una fase intermedia que permita espaciar las concentraciones de la especie.
Además, es una especie muy ponzoñosa que podría causar graves trastornos a personas especialmente sensibles y esto se debe a la gran concentración de células urticantes que se producen en sus largos y gruesos filamentos con los que la colonia caza a sus presas y protege a sus pólipos especializados en la digestión o la reproducción.
A continuación mostramos tres imágenes consecutivas en las que se pueden observar tres fases distintas de la actuación de una célula urticante de P. physalis.
En la primera imagen se observa la típica cápsula con el filamento urticante enrollado en su interior, a continuación se puede ver como se rompe el envoltorio para dejar salir al filamento y finalmente podemos vemos el filamento suelto mostrando sus espinas que sirven para adherirse al cuerpo de las víctimas de las que se alimentan las carabelas portuguesas.
El rey Mohamed VI ha decidido prorrogar la estancia del contingente enviado desde Marruecos a…
Este año, la Navidad coincide con la celebración de Janucá, la festividad de las luces.…
Atención los vecinos de Ceuta que vayan viajar estos días en tren con sus mascotas.…
¿Son legales los cambios que está llevando a cabo Marruecos en la frontera con Ceuta?…
La Consejería de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos del Gobierno de Ceuta ha informado…
Un proyecto en el que participa un centro de FP de Ceuta, el IES Siete…