La Primitiva Hermandad de los Nazarenos del Sagrado Descendimiento, Santa Cruz en Jerusalén, Santísimo Cristo del Buen Fin en su Traslado al Sepulcro y María Santísima de la Concepción ha realizado con éxito su estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo que con tanta devoción se vive en Ceuta.
Este es uno de los pasos más esperados de la Semana Santa de Ceuta, en el que sus 40 costaleros de desviven por acompañar bajo la luz de la luna al Cristo del Buen Fin.
La salida
La Hermandad ha sido puntual a su cita de las 00.05 horas, así como todos los fieles devotos que miraban el reloj continuamente para no abandonar a Jesús en uno de los momentos más duros de su vida.
Muchos fieles esperaban a las puertas del Oratorio de la Santa Cruz, desde donde ha salido el paso del Descendimiento.
Sus nazarenos
Los nazarenos, conocidos como “hermanos de luz”, han portado cirios y han vestido con los atuendos propios de la Hermandad.
Los penitentes, también llamados “hermanos de cruz”, han realizado el recorrido cargando cruces, en señal de penitencia y devoción.
Todo cambia en la madrugada
Todo cambia en la madrugada. Los sentimientos afloran y todo en el transcurso del Viernes Santo supone tristeza y lágrimas.
El sufrimiento de Jesús se personifica entre sus fieles y sus rostros muestran empatía y arraigo a su padecimiento.
Las cabezas se alzan para adorar al Cristo del Buen Fin, pero muchas de ellas no pierden la vista al suelo, pues el peso del sufrimiento que brota de la imagen pesa sobre la espalda de toda una comunidad que lo acompaña.
Un acompañamiento fiel
No importa a qué hora salga el Hijo De Dios a pasear por las calles de la ciudad, sus devotos siempre están, siempre lo seguirán.
El Cristo del Buen Fin nunca estuvo solo y nunca lo estará mientras salga. La noche lo cubre, pero su séquito lo arropa con amor y un sentimiento puro.
El silencio de la madrugada
El silencio de la madrugada se ha acrecentado por el de la Primitiva Hermandad de los Nazarenos del Sagrado Descendimiento, Santa Cruz en Jerusalén, Santísimo Cristo del Buen Fin en su Traslado al Sepulcro y María Santísima de la Concepción.
El sonido del muñidor ha sido el único que se ha alzado entre el silencio absoluto.
La solemnidad con la que ha hecho este recorrido su hermandad marca la huella inconfundible de la madrugada del Viernes Santo en la Semana Grande.
Apenas se escuchaba el balancear del incensario o algún que otro murmullo si cabe, pero lo cierto es que la formalidad y el respeto que requiere la escena que en este paso se escenifica se alza frente a todo lo demás.
Un largo recorrido
Un gran grupo de personas ha sacrificado sus horas de sueño para poder recoger las lágrimas de María Magdalena o de la Virgen María. El reencuentro con la fe ha sido protagonista en esta estación de penitencia cuya recogida está prevista para las 03.00 horas.
Las calles del centro han sido testigo de la piedad y religiosidad de los ceutíes, que un año más muestran vehemencia en la Semana Santa de la ciudad.
Podríamos imaginar que la mayor escenificación no saldría sola por Ceuta: los asistentes no han dejado libre ni un hueco de la acera desde su recorrido hasta Plaza de los Reyes.
La asistencia ha cumplido con creces lo que se espera en época de Semana Santa.