El “sacrificio masivo” de un número no concretado de perros previamente esterilizados por parte de las autoridades ha despertado una ola de indignación entre ciudadanos y activistas de Tánger.
De acuerdo con la información que ha sido publicada por varios medios de comunicación de Marruecos, el incidente habría ocurrido en la zona de Malabata-Ghandouri, donde varios perros fueron encontrados muertos en la calle, a pesar de llevar un sello que indicaba que habían sido esterilizados.
Lo siguiente ha sido ira y resentimiento por parte no solo de los defensores de animales en Tánger y otras partes del país, sino de la ciudadanía en general.
Pide “soluciones humanas y sostenibles”
Esto además ha coincidido con reiteradas demandas de los grupos de protección animal para que se encuentren “soluciones humanas y sostenibles” con el firme propósito de0 “abordar la proliferación de perros callejeros”, pero sin tener que llegar a recurrir a la matanza.
Lo acontecido se suma a una serie de acusaciones anteriores que había sido formuladas contra el gobierno marroquí por parte de organizaciones internacionales, precisamente por lo que consideran es un “trato inhumano” a los animales callejeros.
Algunos medios ha ido un poco más allá y han señalado lo ocurrido como una “matanza”, tras un hecho que han descrito como “espeluznante”, asegurando que agentes pertenecientes a una comuna local “mataron a varios perros esterilizados que vivían desde hace años en los alrededores del complejo bajo el cuidado de los vecinos”.
"Eliminados de forma salvaje"
Se han hecho eco de los testimonios de los habitantes de la zona, contando que los animales “fueron eliminados de forma salvaje”, a pesar de que todos portaban brazaletes que acreditaban su esterilización, que es indicativo de que no representaban un peligro ni para la salud pública ni en términos de comportamiento.
Los animales muertos formaban parte del entorno cotidiano de la zona y convivían en armonía sin causar daño alguno.
La operación dejó, según múltiples relatos, una profunda impresión de terror, especialmente entre niños y mujeres que quedaron impactados por las escenas de violencia contra los animales, perpetradas públicamente, sin respeto alguno por la ley, los principios de protección animal o siquiera el mínimo de humanidad.
Los vecinos responsabilizaron completamente a las autoridades locales que supervisaron el operativo y exigieron una investigación urgente para que los responsables rindan cuentas.
Igualmente, hicieron un llamado a la sociedad civil y a los medios de comunicación para que intervengan, amplifiquen su voz y detengan este tipo de prácticas que contravienen la legislación nacional y las normas éticas.
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