La actividad humana lleva consigo le generación de residuos. Al margen de los restos domiciliarios, la industria, en todos sus subsectores, producen y tratan con elementos que debe tratarse adecuadamente de acuerdo a la legislación vigente, también en Ceuta.
La defensa no escapa a esta premisa y los acuartelamientos tienen la obligación de gestionar adecuadamente todos los residuos peligrosos que se generan en sus instalaciones militares.
En el caso de Ceuta, la Unidad de Servicios de la Base Discontinua (USBAD) Teniente Ruiz dependiente del Ministerio de Defesa ha encargado la contratación de los servicios para que un agente autorizado pueda hacerse cargo de los residuos peligrosos no sanitarios que la actividad militar de esta base genera en la ciudad.
Una veintena de residuos
Pero, ¿de qué volumen estamos hablando? Pues según la memoria elaborada por la propia Usbad Teniente Ruiz, cada año pueden generar unas 42,26 toneladas de estos productos peligrosos.
Es más, el informe ministerial incluso detalla qué residuos son los más comunes por la actividad propia de los acuartelamientos que gestiona esta base del Ejército de Tierra. En total son unos 20 los restos que incluye en ese listado, aunque destacan dos. En primer lugar, están los aceites lubricantes usados, que suman 15,5 toneladas al año. Una cantidad similar, 15 toneladas, genera cada ejercicio esta base militar de agua con hidrocarburos.
Con volúmenes más modestos le siguen en este listado las baterías de plomo, con dos toneladas al año, los envases contaminados (una tonelada), los equipos eléctricos y electrónicos, que suman 1,5 toneladas o los filtros de aceite y combustible, con 0,950 toneladas.
Anticongelantes, material con amianto y paneles fotovoltaicos
Otros materiales que se manipulan en la base Teniente Ruiz son el líquido hidráulico (0,800 toneladas), líquidos anticongelantes (0,600 toneladas), material con amianto (0,500 toneladas), paneles fotovoltaicos profesionales y domésticos, que suman 0,5 toneladas, y pilas y acumuladores (alcalinas, níquel, mercurio, cadmio), que alcanzan las 0,600 toneladas. A ellos hay que sumar la tonelada de absorbentes, trapos y papel contaminados prevista en la memoria.
El resto de materiales peligrosos no sanitarios que se incluyen entre los que se generan en los acuartelamientos de Ceuta son cadáveres de animales, cartuchos de tóner, disolventes, productos químicos de laboratorios, residuos con clorofluorocarburos (termos eléctricos, aires acondicionados y neveras-congeladores), tela asfáltica, tierra con hidrocarburos, que suma media tonelada al año, y tubos fluorescentes.
Los 15 emplazamientos en los que intervenir
Para retirar con garantías todos estos residuos, Defensa adjudicará el servicio a una empresa especializada mediante un contrato cuyo presupuesto estimado es de 34.000 euros para el desarrollo de la actividad durante al menos dos años. Al tratarse de material sensible por su peligrosidad, la adjudicataria deberá cumplir con una serie de requisitos que ya ha fijado el ministerio.
Los cuarteles e instalaciones que generan esas 42,15 toneladas de residuos peligrosos y que dependen de la Base Teniente Ruiz son un total de 15 en la ciudad. Así, están el Acuartelamiento Coronel Fiscer, el Coronel Galindo, El Hacho, El Jaral, Foso Almina y el García Aldave.
A estos espacios de uso militar se suman también el cuartel General del Ejército Pardo de Santayana, el González Tablas, el de La Marina, Otero, el polvorín Hacho-Obispo, el polvorín El Renegado, General Valera, Virgen de África, el acuartelamiento Serrallo-Recarga y Fuentes Pila.
Condiciones del contrato
Como una empresa privada se hará cargo de un servicio tan sensible como la recogida de productos peligrosos, el pliego recoge que, en caso de cualquier error achacable a la adjudicataria durante la retirada de algún residuo, éste deberá ser solucionado por la misma en el plazo máximo de tres días si no afecta a la seguridad. Si afectara a ésta, la solución debe ser inmediata.
Por ello, la entidad que logre el contrato será la única responsable de todas las contravenciones “que se cometan durante la ejecución de las prestaciones por parte del personal que intervenga de su cuenta” y que por ello deberán suscribir un seguro de responsabilidad civil, entre otras exigencias.