Las vacunas de la COVID-19 nos proporcionarán la deseada inmunidad frente a la enfermedad pero, al igual que cualquier otra vacuna o medicamento, pueden producir reacciones adversas. Estas reacciones son, por lo general, de intensidad leve o moderada y se resuelven en un plazo de pocos días tras la vacunación. ¿Pero cuáles son las reacciones adversas más frecuentes tras la vacunación frente a COVID-19?: dolor, hinchazón y enrojecimiento en el punto de inyección. Asimismo la persona que se vacune puede sufrir más contratiempos como tener fiebre, fatiga, escalofríos, cefalea, dolor muscular y articular y náuseas. Estos síntomas suelen ser parecidos al coronavirus, por lo que el Colegio Farmacéutico lanza esta guía para que las personas vacunadas estén tranquilas.
¿Qué hacer en estos casos?: Si siente dolor en el lugar de inyección, la aplicación de frío local puede ayudarle. Coloque una compresa fría sobre la zona afectada y ejercite o mueva el brazo. Si le sube la fiebre, es importante beber abundante líquido y no abrigarse demasiado para favorecer la pérdida de calor. En estos casos puede tomarse un analgésico antitérmico. Recuerde que puede desarrollar fiebre tras la primera o posteriores dosis de la vacuna y que debe consultar al médico si se mantiene más allá de 24-48 horas.
¿Cuándo contactar con el médico?: en caso de que no note mejoría en unos pocos días. Si aparecen otros síntomas más graves que puedan estar relacionados con la vacunación frente a COVID-19. Es importante saber que la mayoría de las reacciones adversas comunicadas tras la vacunación son leves y transitorias. Hasta ahora, no se ha identificado ninguna reacción adversa desconocida que pueda ser motivo de preocupación entre la población. Para garantizar la protección frente a la enfermedad, debe recibir las dosis necesarias de la vacuna. En caso de que se haya administrado la primera dosis, el padecer los síntomas descritos no contraindica la administración de la segunda, salvo que su médico se lo indique.