“Cervicalgia mecánica, contusión en el tobillo izquierdo, tracción de cuero cabelludo y crisis de ansiedad”. Esta es la descripción del diagnóstico inicial recogido en el parte médico de una trabajadora de SAMU, en Ceuta.
Un parte que recoge que recoge la agresión sufrida por un menor que ahora está en Punta Blanca, lo que para ella y otros compañeros deja en evidencia el estado de indefensión en el que se encuentran quienes llevan a cabo este tipo de funciones con menores.
El caso ya ha sido denunciado en la Jefatura Superior de la Policía Nacional. La afectada, empleada en el Centro de Menores Nueva Esperanza -en el Tarajal-, relató que los hechos ocurrieron este pasado lunes, tras una actividad culinaria que derivó en la sustracción de alimentos que escaló a amenazas, insultos y la agresión física señalada.
Además de estos daños, la mujer quedó con el miedo en el cuerpo y la situación ha llevado al hartazgo de quienes se siente desprotegidos, sin los medios suficientes, mientras ejercen sus labores.
“El problema es cuando el Área de Menores se deja llevar por un menor que tiene una medida de libertad vigilada y ese menor se queja de un trabajador o de varios, dándole ese poder a los menores de estar continuamente amenazándonos con quejarse de nosotros”, relata la afectada.
Para esta trabajadora esto se ha convertido en “un gran problema”, asegurando que “se les habla solo de derechos y no de deberes”, señala.
Exigen condiciones seguras laborales para los trabajadores
La afectada también ha querido hacer un alto para destacar “la maravillosa labor de todos los trabajadores de SAMU”, incluyendo educadores, mediadores, gobernantas y también equipo de vigilancia, para quienes pide condiciones de trabajo seguras en sus labores diarias.
“Lo que quiero hacer llegar es la situación en la que nos encontramos los trabajadores con una ley que hace a los niños grandes, que hace que cuando los niños llegan a un área de Menores la pregunta es qué tal lo trabajadores contigo y no al contrario, entonces hay un gran problema”, explica.
Para esta mujer, parte del problema tiene que ver con que no se les plantea una segunda interrogante y es la de: “¿Qué tal te estás comportando con el equipo educativo?”.
“Se defiende a unos, mientras que otros quedan a la intemperie”
Ante esta situación en la que se sienten superados, ha querido hacer llegar unas palabras a quienes pueden hacer algo al respecto a través de una carta que ha titulado: ‘La Ley del menor resumida como la defensa y la indefensión, la responsabilidad y la irresponsabilidad’.
A continuación, el texto íntegro:
“En la actualidad, vivimos en una ferviente lucha por promover, proteger y garantizar los derechos de toda persona en situación de vulnerabilidad. No obstante, las actuaciones dirigidas al cumplimiento de dichos objetivos o metas, son seleccionados y tamizados como incómodos y peligrosos grumos.
(Se aplica lo que quieren y lo que les conviene, se defiende a unos, mientras que otros quedan a la intemperie y en completo desamparo).
Esta semana nos hemos levantado conmocionados por la noticia de la muerte de una educadora social en Badajoz. (Total repulsa y condena para tan vil crimen, condolencias a familiares, amigos y sociedad, que ansiamos una vida justa).
No hay derecho a la permisividad y a la libertad de conductas o comportamientos que puedan desembocar en ningún daño, ya sea hacia profesionales como a cualquier otra persona.
Tolerancia cero hacia cualquier tipo de violencia.
Todos conocemos a alguien que ha trabajado o trabaja en centros de menores. Y la conclusión es la misma, velamos por la mejora y la calidad de vida de los menores, se trabaja en la atención, en la protección, en el cuidado, en garantizar una vida digna, en orientar hacía el desarrollo de aspectos personales y profesionales de todos los menores y ¿dónde dejamos a quién se parte el lomo en todas las instituciones?
Omitimos el desvelo de aquellos trabajadores que sufren insultos, agresiones y/o amenazas por parte de "algunos menores", que no tienen más fin, que el de sobrevivir o supervivir en una sociedad, sin importar nada más que su bienestar.
El trabajador o la trabajadora se va a su vivienda con el miedo de que su familia sufra alguna represalia, amanezca su vehículo calcinado o bien, el miedo de enfrentarse al día siguiente a algún menor inestable, capaz de propinar cualquier agresión a su cuidador/a.
Denuncia “inacción temeraria”
La ratio de profesionales que toman medidas de protección es la que es y por consiguiente la probabilidad de sufrir algún daño, es mayor.
Esta claro que el sobrepeso de algunas actuaciones del Sistema, son el resultado de la inacción temeraria.
La agresión física se da primero, seguida de la agresión verbal, el menor infractor, carece de miedo para propinar un puñetazo, el agarre de los pelos o las patadas inofensivas...
Los esfuerzos deben dirigirse a fundamentar y defender la existencia del derecho a todas las personas, del menor, del trabajador, del profesional y de todo aquel que contribuya en un mundo mejor.
La Ley del Menor necesita una reforma urgente, que asegure y garantice la vida de todos, así como el endurecimiento de la responsabilidad penal de menores.
Las infracciones son clasificadas por leves, graves o muy graves en según que contexto.
Todo esto genera una brecha y una lacra social más prominente todavía, la escala de valores no es la misma, carecen de respeto, infringen continuamente, la normalización del desacato a la autoridad, no responden ni a las autoridades pertinentes y supremas, mucho menos a quienes cumplen funciones y son desprotegidos o desacreditados ante los propios menores.
Es visible que el temor por las consecuencias de delitos, es inexistente, las penas o condenas son irrisorias.
Únicamente nos llevamos la mano a la cabeza cuando aparece la víctima sin vida y no cuando empezó a ser víctima del Sistema que la dejó indefensa y sin protección alguna.
Son muchos los profesionales que viven en sus carnes la indecente desidia y desprotección por parte del Sistema.
La agresión de un menor hacía su educador, monitor, cuidador... se resume en 6 meses de régimen cerrado y 5 meses de libertad vigilada. Puede ser la condena por insultos, amenazas de muerte, patadas y ‘sutil arranque de mechones de pelo’ un hecho violento que ha tenido lugar este fin de semana”, concluye.
Preguntarles al psoe, y al pp, porque han hecho, y siguen haciendo esto, de acoger a los niños, que no son tan niños . Y despues no podemos ver a el partido de VOX, pues suma y siguen las quejas de estos menores, y a tragar
Han aprendido que con esas actitudes violentas pueden hacer lo que quieran. No quieren normas, no quieren leyes. Si algo no me cuadra, la lío. Así me van a respetar…
Dad gracias, tenemos lo que nos merecemos. Y la cosa va a ir a más.
La punta del iceberg y las mascaras...
No sean malos hay que ser solidario !! Y poner las dos mejillas y el culo !
Esto ya se ha ido de las manos,dado el problema social y económico que generan,decididamente,hay que cambiar las leyes y devolverlos conforme entran,hay ciudades que la tienen acribilladas a robos
Tanto buenísmo, pues está son las consecuencias de la gran problemática que tenemos con estos individuos. Si estuvieran con sus padres pues este problema no existiría. Simplemente tenemos lo que nos merecemos, ahora lamentablemente solo nos toca disfrutar de lo votado.