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Las porteadoras volvieron a ocupar una vía que debió estar clausurada desde 2009 cuando murieron dos mujeres
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Los empresarios de La Chimenea, bloqueados sin poder trabajar
Casi 7.000 personas accedieron ayer a Ceuta por el paso ‘Tarajal II’ duplicando prácticamente las entradas que se produjeron el lunes, día de inauguración del puente. La lectura de lo ocurrido ayer es la del caos y también la del riesgo por lo que pudo ocurrir. La acumulación de porteadores fue tal que se registraron escenas de tensión en puntos que todavía se recuerdan por las desgracias allí ocurridas, como fue el caso de la ‘escalera de la muerte’ en donde, en 2009, perdieron la vida dos mujeres. Ayer estaba repleta de porteadoras con enormes bultos a sus espaldas que se apoyaban unas sobre otras para no desplomarse. ¿Cómo se permitió esto cuando la escalera debía estar clausurada? Nadie ofrece respuestas, pero el hecho es que, de nuevo, fue ocupada por mujeres y más mujeres, bultos y más bultos, todo ello atrapado en el descontrol.
La entrada por el nuevo puente tampoco estuvo exenta de tragedia desde primera hora de la mañana, ya que su apertura vino de la mano de avalanchas ocurridas en el espacio marroquí que dejaron a varias personas heridas (un hombre que lleva años cargando bultos ha perdido los dedos de una mano). En el lado español no se informó de este asunto al recalcar que se trata de hechos ocurridos en territorio extranjero.
Las naves del polígono de La Chimenea no pudieron trabajar, al permanecer completamente aisladas del resto por un cordón policial y bloqueadas por el tránsito de mujeres que impedían siquiera que los propios dueños pudieran salir o entrar a sus negocios. El problema, denunciaron, se ha trasladado de una parte del polígono a otro. No entran clientes. “No hay quien pueda acceder a nuestras naves, lo que han hecho es trasladar el problema de un lugar a otro. ¿Cómo podemos trabajar así? Nadie entra en nuestras naves, ni podemos nosotros salir o entrar porque tenemos la puerta bloqueada de personas, mujeres que se desmayan con los bultos, Policía...”, denuncian los afectados, que exigen una explicación a lo que sucede y una reacción inmediata, ya que se les impide trabajar con normalidad.
Las escenas reflejaban perfectamente esa sensación de hartazgo: largas colas de porteadores caminaban por los accesos a estas naves bloqueándolos, produciéndose amagos de avalanchas en las propias puertas.
Y en medio de toda esta locura, los plantos de nuevo presionando para cargar los bultos con más peso o para colar a los que ellos querían. Había en cambio porteadores que por vez primera habían podido hacer varios pases de mercancía sin estar extorsionados. Otros en cambio se quejaban de no poder trabajar con normalidad. Las ‘bondades’ del ‘Tarajal II’ no son tales, porque la evidencia demuestra que no se puede terminar ni con las colas ni con las explotaciones. Por la tarde se volvieron a repetir los mismos intentos de sacar mercancía. El nuevo puente que abrió a las 7.30 horas cerró pasadas las doce, lo que llevó a todos los que no habían podido sacar sus bultos a intentarlo por la frontera, dentro de vehículos.
Los controles que desde hace semanas están ensayando las fuerzas de seguridad se pusieron de nuevo en evidencia vigilando aquellos vehículos que pretendían ocultar mercancía entre los asientos, impidiendo su marcha.
Pero aún quedan problemas por resolver. ¿Cómo es posible que no concuerde el número de entradas por el puente con las salidas? Se tiene constancia de la presencia de viviendas patera y naves consigna en donde duermen los porteadores que no han podido sacar los bultos y que buscan hacerlo el día siguiente. Los minusválidos no pueden acceder por el nuevo puente y se quejan de que ya no se les permite vivir de este oficio tan atípico como inhumano en el que se supone que existen medidas para bultos que ahora, a diferencia de antes, se preparan de otra forma para facilitar el mismo peso pero con una apariencia de menor volumen que es falsa.