Las autoridades locales han guardado un minuto de silencio ante la puerta de la Delegación del Gobierno en Ceuta y el Palacio Autonómico como muestra de rechazo ante la última muerte por violencia de género de una mujer en la localidad de Puertollano en Ciudad Real.
La víctima es una mujer ucraniana de 61 años que, presuntamente, habría muerto de manos de su pareja, un bombero de 53, que le disparó y más tarde se suicidó con el mismo arma. Los cuerpos se hallaron en la vivienda que ambos habitaba el pasado domingo, cuando supuestamente llevaban cerca de un día muertos.
Se vuelve a cumplir el patrón de que los que cometen el delito se suicidan después de asesinar a su pareja.
Fue la Subdelegación del Gobierno de Ciudad Real la que confirmó que se trataba de un nuevo caso de violencia de género, el segundo en lo que va de año, sumado al que se dio el pasado Día de Reyes en Esplugas de Llobregat, en Barcelona, que se cobró la vida de una joven de 28 años y su hija menor de edad presuntamente asesinadas, también, por su pareja sentimental.
En aquel caso, la Ciudad Autónoma sí cumplió con el minuto de silencio, aunque la Delegación del Gobierno lo obvió. Fue en un acuerdo plenario cuando se estableció que cada vez que se produzca un caso de este tipo, la Ciudad se comprometía a guardar un minuto de silencio como muestra de rechazo y repudio a este tipo de delitos.
Sin embargo, no siempre se cumplen por parte de las autoridades y, a veces, caen en el olvido, sin que se tenga la misma consideración para todas las víctimas. Son muchos los ayuntamientos que tienen como norma, también, mostrar este apoyo a las víctimas de esta lacra social contra la que se lucha arduamente.