Las posibilidades de Ceuta y la generación de un clima de inversión para las relaciones entre España y Marruecos han centrado la ponencia del catedrático de la Universidad San Pablo-CEU y miembro del Tribunal del Cuentas de España, Javier Morillas, en los cursos de verano de la UNED.
Morillas ha señalado que para lograr esa mejora de la relación económica entre los dos países ha concretado diez propuestas, que para el catedrático son necesarias. La primera de ellas es “atender al sector agrario”, por lo que “para el caso de Marruecos también es un aspecto en el que las autoridades, tendrían que centrarse en darle ese carácter preeminente. No ha habido ningún país que se haya desarrollado si antes no ha sido capaz de autoabastecer a su población”.
Otro de los puntos es el de la consideración social de la mujer, que debe ser mayor, puesto que “si condenamos a la mujer a apartarla de la vida pública o a limitar su acceso a la educación o la obligamos a una determinada vestimenta, los resultados en términos de bienestar, en términos de PIB, va a ser menores”.
También se ha referido a aspectos como el control de la inflación, porque la inflación va contra el ahorro, va contra las clases más desfavorecidas, porque se ven precisamente perjudicadas en esa dinámica y es una condición sine qua non para el desarrollo”. Ha añadido la independencia de los tribunales, el papel de los registros de propiedad y que haya también una seguridad para el inversor extranjero.
Morillas ha añadido como ideas el nivel de educación de la sociedad y centrarse en la creación de centros de élite, de institutos estadísticos, “que son los que nos dan una visión objetiva de la situación en que estamos”. A ello ha añadido la mejora de las infraestructuras y los niveles de corrupción de los países.
Altos niveles de corrupción
En este punto ha precisado que “eso es algo en lo que hay que mejorar. España tiene un aprobado, pero bueno, no es mucho, es un seis. Hemos ido bajando durante los últimos años, porque estábamos en el puesto 18 y ahora en el 39 o así. Sin embargo, en Marruecos el nivel de corrupción que nos dan las estadísticas internacionales es muy alto, porque ocupa el puesto 99 de 120”.
El consejero del Tribunal de Cuentas ha afirmado que es importante que no existan fricciones a nivel de renta per cápita entre los dos países, porque provocan desequilibrios y situaciones difíciles en las fronteras. “¿Qué ocurre cuando un país dice que no puede controlar las fronteras?”, se ha preguntado para lamentar “esas imágenes que vemos muchas veces en Europa, que hemos visto en la frontera de Ceuta lamentablemente, de centenares de personas sobre las vallas”.
En su opinión, es un desequilibrio “fruto de esos centros de gravedad económico, pero sabemos que no es el único en el mundo, que se dan en otras partes y eso hay que solventarlo porque efectivamente la imagen es negativa y no hace nada más que mostrar la incapacidad de cualquier país que se dice soberano en controlar lo que es esa democracia”.
Creación de una Zona Económica Especial
Respecto a Ceuta, ha asegurado “queda pendiente la situación de la Zona Económica Especial. Hay que crear una Zona Económica Especial en Ceuta y mejorar todos los aspectos relacionados con la aduana y los trámites aduaneros”.
También se ha referido a la mejora de la situación portuaria, “porque efectivamente las posibilidades de crecimiento son muy grandes en una ciudad como esta. Sería como un Singapur, pero no un Singapur en el Extremo Oriente, sino un Singapur en una zona central de la Unión Europea y dentro de ese estrecho de Gibraltar, que es el Área del Mediterráneo”, ha sentenciado Javier Morillas.
El catedrático ha precisado que “yo creo que ahí es donde hay que incidir y se puede generar una zona de prosperidad compartida si realmente somos capaces de acometer esta serie de tareas”.
A su juicio, superar esas barreras “sería una responsabilidad compartida”, ya que los mercados internacionales “son muy sensibles” y están pendientes de esos aspectos, ha dicho Morillas en la sede de la UNED.