El portavoz del Gobierno de Ceuta hizo hincapié ayer con toda la razón y dando ejemplo en la necesidad de ser “prudentes” en general y con las cosas importantes en particular. Alberto Gaitán, que se aplica sus consejos, evitó con acierto entrar en especulaciones sobre qué sucedería si los espionajes al presidente Sánchez y la ministra de Defensa hubiesen sido realizados por Marruecos o sobre qué pasaría si al final la frontera se reabriese sin aduana comercial o antes de eliminar la excepcionalidad de Schengen.
El presidente de la Ciudad ha estado acertado al utilizar los medios a su disposición para intentar comprobar si él también ha podido ser víctima de la introducción de algún programa malicioso en su teléfono móvil, análisis que se podría extender a sus consejeros, pero es preciso esperar a dar un paso para proceder con el siguiente.
En lo tocante a la frontera, donde el Ejecutivo local también tiene muy claras las cosas, sucede lo mismo. Hoy mismo se producirá un reunión de alto nivel que podría arrojar novedades sobre la hoja de ruta para la reapertura del Tarajal, donde no es posible pensar que de la noche a la mañana se podría poner en funcionamiento una aduana comercial, tenga las características que tenga, con los recursos humanos y materiales que son necesarios para ello. La revisión o eliminación de la excepcionalidad de Schengen tampoco se puede ejecutar de un día para otro.
Lo importante es que el Gobierno local y el de la Nación mantengan su sintonía sobre las prioridades, que comparten, en su línea de acción, y que no haya ninguna fisura en lo trascendental: que Ceuta es un asunto de Estado.