La Banalidad del mal es un concepto acuñado por la filósofa alemana Hannah Arendt para describir cómo un sistema de poder político puede trivializar el exterminio de seres humanos cuando se realiza como un procedimiento burocrático ejecutado por funcionarios incapaces de pensar en las consecuencias éticas y morales de sus acciones.
La cita de Harendt resume su teoría: “Nada es más peligroso que un pueblo que ha renunciado a su derecho a pensar por sí mismo”, nos invita a reflexionar en torno a la importancia de la autonomía intelectual y la capacidad crítica en la sociedad.
El mal es un concepto que remite, en el pensamiento arendtiano, al intento, por parte de los regímenes totalitarios, de eliminar todo rasgo humano de los individuos. Bajo dicho régimen se anula toda capacidad del individuo de ser espontáneo reduciéndose su obrar a la mera reacción ante diferentes estímulos.
Ayer se difundió por las redes sociales el siguiente comunicado:
En Mawsi Refha más de 15.000 palestinos, entre ellos numerosos niños y niñas, se encuentran completamente acorralados, atrapados bajo un intenso bombardeo mientras los tanques avanzan arrasando a su paso. Las familias, sin rutas seguras de evacuación, se enfrentan al horror de la ofensiva de Israel.
Sólo un pequeño grupo ha logrado escapar, pero la gran mayoría aparece atrapada en condiciones desesperadas.
Desde Palestina
Según informó el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), el 26 de noviembre de 2024, al menos 137 periodistas y otros trabajadores de medios de comunicación habían muerto desde que comenzó la guerra el 7 de octubre. Entre los muertos se encuentran 129 periodistas palestinos, dos israelíes y seis libaneses. A estas cifras hay que añadir cuarenta y nueve periodistas heridos, dos desaparecidos y sesenta y cuatro detenidos por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Además se han detectado múltiples casos de agresiones, amenazas, ciberataques, censura y asesinatos de familiares.
De 50.000 palestinos han muerto en Gaza desde que comenzó la guerra de Israel con Hamas.
Israel reanuda los combates y advierte de días aún más difíciles por venir.
Decenas de cooperantes, ONGS, hospitales, escuelas... Asistimos a un genocidio en directo mientras las organizaciones internacionales disimulan y miran para otro lado.
La humanidad rinde pleitesía a Trump y Trump da el visto bueno a las pretensiones de Israel. Con la boca pequeña y sin hacer absolutamente nada, la mayoría de los paises condenan esta guerra; es como dar el pésame y decir “lo siento mucho”.
El holocausto es el pan nuestro de cada día, como las noticias del tiempo, los resultados de la liga o el embarque de la Princesa en el Juan Sebastian Elcano.
Murió el Papa y los telediarios del planeta nos contarán con pelos ya señales noticias referente a ello. ¿Aprovechara Israel para planificar y llevar a cabo la aniquilación del pueblo gazatí?
Menos mal que en nuestro país Podemos y Sumar dejarán de apoyar al gobierno si el Presidente no decide romper las relaciones diplomáticas con Israel y liderar la idea de hacer lo mismo a la Unión Europea. ¿Llevará Pedro Sánchez la estrategia de animar a la comunidad internacional a crear un ejército de liberación?
Zapatero se podría encargar de ello y seguro que lo haría muy gustoso.
Como Israel reivindique Ceuta lo llevamos claro; menos mal que no somos la “tierra prometida” por Dios.
Por si las moscas si oímos un cañonazo y no son las 12, miremos al cielo.