Hay momentos que definen el sentir de una ciudad en pocos minutos. Eso ocurre en Ceuta cuando la Legión entona con fuerza el ‘Novio de la Muerte’ y hace ver el arraigo que existe en nuestra ciudad entre la vida militar y las tradiciones.
Este domingo, en el acuartelamiento García Aldave han podido escucharse estos sones y ha sido muy especial. Se ha producido en la tradicional parada militar con motivo de la Patrona del Arma de Infantería, La Inmaculada Concepción, contando con la participación del Tercio Duque de Alba II de la Legión de Ceuta y del Grupo de Regulares número 54.
Este ‘himno’ se ha entonado por las dos unidades, convirtiendo este momento en algo especial y único. Los corazones se han unido en este sentimiento y la emoción ha sido evidente en el rostro de los asistentes que han dejado claro lo que significa para los caballas esta tradición.
Han cantado a todo pulmón una letra que exalta el espíritu legionario y que se basa en un suceso real que tuvo lugar el 7 de enero de 1921 en Beni Hassán. En el transcurso de una acción militar durante la Guerra del Rif, falleció como consecuencia de heridas de guerra el cabo de la Primera Bandera de La Legión, Baltasar Queija de la Vega. En su bolsillo se encontraron, al parecer, unos versos que acababa de escribir, emocionado por la reciente muerte de su novia. Poco antes había expresado a sus compañeros el deseo de reunirse prontamente con ella en la otra vida.
“Nadie en el Tercio sabía, quién era aquel legionario, tan audaz y temerario que a la Legión se alistó…”, como ha sido siempre, el ‘Novio de la Muerte’. Tradicional, sencilla y que llega directo al corazón. La canción más esperada por todos los que se han agolpado a esperar los desfiles de las damas y caballeros legionarios, así como los de regulares.
Y donde estaba la imagen de la Inmaculada Concepción de Maria, Patrona de España y de la Infanteria Española.
Las celebraciones son lo que son y aquiescencia corresponde a pesar de que no sean políticamente correctas