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Han sido varias las iniciativas presentadas por Septem Nostra para que el Hacho sea declarado Parque Cultural, todas ellas ignoradas mientas el entorno languidece
Que la zona del Monte Hacho es un entorno de altísimo valor cultural, paisajístico y medioambiental que sobrepasa lo local e, incluso, lo nacional es un asunto que hasta los menos entendidos ni cuestionan. Y, precisamente por ello, y por las carencias que conciernen a su conservación, Septem Nostra ha presentado en reiteradas ocasiones una propuesta para que la zona sea declarada como Parque Cultural, tal y como figura en la Agenda 21 Local de Ceuta. En concreto fue presentada como propuesta, y posteriormente como alegaciones, al Plan General de Ordenación Urbana(PGOU), pues en opinión de José Manuel Pérez Rivera, presidente de la asociación, era la situación idónea pues “se trataba de un ambicioso plan” en el que se debería haber contemplado la situación de esta zona de la ciudad.
Tras varios intentos fallidos, en los que la propuesta fue denegada, la asociación abandonó su lucha para conseguir que en el Hacho se crease un tipo de parque cultural cuyo objetivo era la identificación, protección, conservación, puesta en valor y aprovechamiento socioeconómico de los recursos patrimoniales que, no solo repercutiría beneficiosamente en la conservación de su patrimonio, también “favorecería su explotación turística”. No obstante, Pérez Rivera asegura que seguirán trabajando para que la Ciudad cumpla con su obligación legal de protección de los Bienes de Interés Cultural (BIC). Esto se debe a que en este dominio se encuentran declarados como tales dos conjuntos históricos: la propia Fortaleza-Ciudadela y el conjunto de fortificaciones que rodean su perímetro litoral, ambos declarados en octubre del 97 por Resolución de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales. “La declaración de los estos conjuntos obliga a la Ciudad Autónoma a la redacción de un Plan Especial de Protección en el que se determine los posibles usos permitidos y la conservación de su estructura urbana y arquitectónica, así como de las características generales de su ambiente”, explica Pérez Rivera, que añade que “ni se ha elaborado dicho Plan, ni existen intenciones”, a lo que se suma “el lamentable estado de abandono que presentan ambos conjuntos”, opina el historiador. Una cuestión que se extiende al resto de elementos paisajísticos y culturales que conforman el Hacho y que no están incluidos en los mencionados conjuntos. “La propuesta de parque natural abarca varias vertientes, pues con la misma se pretendía ampliar el margen de protección a otros elementos que no están considerados BIC y, que en la actualidad, están totalmente abandonados y derruidos como por ejemplo las baterías de costa de Torremocha, Valdeaguas o el santuario medieval del Sarchal también conocido como Santuario de Sidi bel Abbas al Sabti”, declara.
Problemas de Conservación
La Convención Europea del Paisaje determina la obligación de aumentar la sensibilización de los ciudadanos respecto al valor de los paisajes, a sus funciones y a su transformación, a la vez que se promueve la formación y educación sobre la protección, la gestión y la ordenación del paisaje, explica Pérez Rivera, para ello, prosigue, se requiere proceder a la identificación y calificación de los paisajes, analizando sus características, así como las dinámicas y presiones que lo modifican. Sin embargo, “nadie parece darse cuenta de la rápida transformación que está sufriendo nuestro paisaje”, opina. Un ejemplo de ello, además del estado de deterioro que presentan todos los elementos de la zona, es la ocupación ilegal de algunos de ellos. “El Fuerte de la Palmera, propiedad del Ministerio de Defensa, está declarado BIC y a su vez está ocupada ilegalmente desde hace tiempo, pero como éste hay más: el Fuerte de Cuatro Caminos y la Torre del Desnarigado también estuvo ocupada”, expone. A ello se le suma otro problema importante: un fuerte impacto visual paisajístico que, además, está prohibido en estos entornos, como es por ejemplo, el despliegue de cableado. Muchos problemas, cada vez se suman más, pocas soluciones o iniciativas por solventarlos y, mientras, un tesoro que poco a poco se desvanece ante la vista de todos. “Disponemos de un entorno privilegiado abandonado a la mano de Dios, ocupado ilegalmente y con graves problemas de protección”.