La Estación de Biología Marina del Estrecho de la Universidad de Sevilla y Obimasa darán comienzo, en breve, un estudio sobre el impacto que las algas invasoras está teniendo sobre los fondos marinos ceutíes. Esta investigación se llevará a cabo en virtud del convenio marco que ambas entidades suscribieron en 2017 a través de la Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla (FIUS) y que nació como herramienta de colaboración para aunar intereses comunes.
“A la Universidad de Sevilla le interesa la información de la biología marina para investigar y tener publicaciones científicas y Medio Ambiente necesita conocer la situación del medio marino”, apunta el coordinador de la Estación de Biología Marina del Estrecho de la citada universidad, Enrique Ostalé.
A partir de este convenio marco, ambas entidades desarrollan convenios específicos a medida que vayan surgiendo ciertas necesidades. Es el caso concreto de este estudio de las algas, tema en el que la Universidad de Sevilla tiene experiencia al haber publicado tres artículos con un equipo propio de investigadores del Laboratorio de Biología Marina.
El proyecto tendrá una duración de cinco meses y recopilará información sobre la distribución de esta especie invasora y cómo afecta al hábitat y a las especies autóctonas para, posteriormente, elaborar un estudio conjunto que mitigue el daño causado al ecosistema local.
“El alga invasora ha hecho muchísimo daño, tanto a Ceuta como al Estrecho en general, y va a seguir haciéndola porque las predicciones son que siga expandiéndose hacia el Mediterráneo y tenemos que estudiar qué especies y hábitats de interés hay que salvar”.
Este daño al ecosistema local se traduce en la desaparición de especies de algas autóctonas. “Entre los cinco y los 40 metros han desaparecido casi todas. En algunas zonas hay un 90% de la invasora y un 10% de la autóctona”.
A tenor de este convenio, también se ha realizado otro estudio, ya concluido, sobre la población Patella ferruginea en las costas ceutíes. “Se ha hecho un censo exhaustivo y, a la vez, se han cuantificado las especies protegidas”.
Aunque la Patella ferruginea es la especie con un mayor nivel de protección, “al estar en peligro crítico de extinción, se han cuantificado distintas especies para futuros estudios de seguimiento”, asegura Ostalé.
Ambas entidades mantuvieron una reunión este martes para abordar distintos asuntos de interés de cara al mantenimiento de este convenio y del desarrollo de futuras investigaciones.