Les han llamado de todo: “palanganeros de Zapatero”, “traidores a la clase trabajadora”, “apéndices del Gobierno”, “lacayos del Gobierno”, “par de haraganes que apoyan el golpismo”, “protectores de vagos”, “parásitos”, “colaboracionistas”, “se mueven como girasoles mirando al poder”, “el sindicalismo español se ha domesticado”, “apesebrados”, “traidor”, etcétera. Hurgando en la hemeroteca se podría seguir de tal guisa hasta poner punto y final a estas líneas, pero estimo que con lo escrito es suficiente para dar una idea del desprestigio que UGT y CCOO han acumulado en estos años del gobierno del embaucador y cantamañanas de Rodríguez Zapatero. Incluso, los andaluces el ugetista Pastrana y el comunista Carbonero declararon al unísono en el mes de marzo de 2009, con 744.956 parados en Andalucía: “No vamos a convocar una huelga general sólo por el número de parados”. Estos dos ‘pájaros’ siguen circulando por esos pagos con esa cara granítica que la naturaleza les dio sin sentir el menor pudor, aun ahora cuando el paro en Andalucía supera el millón de personas.
Todos estos lodos vienen de aquellos polvos que tuvieron su origen en la reunión del miércoles, 18 de junio de 2008 –¡del 2008!–, en el Palacio de la Moncloa, cuyos actores fueron Díaz Ferrán, Cándido Méndez, José M. Fidalgo, Jesús Bárcenas y el vendedor de humo de nombre Rodríguez Zapatero. En aquella reunión, como recordará el amable lector, no se pronunció en ningún momento la palabra “crisis”. Se manejaron eufemismos tales como “situación complicada”, “momentos complicados”, “bache”, “situación complicada que incluso puede empeorar”, y un largo etcétera.
Tan sólo Fidalgo, al que después le dieron una jodida patada, deslizó, en un momento de debilidad, eso sí, la frase “el coste de la ‘crisis’ no la van a pagar los trabajadores”. Pero los demás intervinientes no se dieron por aludidos y no sucedió nada reseñablEn la ‘berrea sindical’ del 1º de mayo, se hizo bien patente que los cuatro millones seiscientos mil parados que hay en nuestro país están al margen de estos sindicatos desprestigiados y bien pagados. Como botón de muestra, ¡en Madrid!, los concentrados no llegaron a los seis mil participantes. Dio vergüenza ajena escuchar los discursos de Méndez y de Fernández Toxo. Para echarse a llorar. ¡Valiente par de dos! Cándido Méndez para documentar su discurso trajo a colación a su ‘filósofo–pensador de cabecera’ el exjugador inglés Gary Lineker. Parece que estos dos sindicalistas olvidaron la lluvia de millones con los que Zapatero ha regado sus cabezas sindicales, dinero de todos los españoles. Asimismo, no dijeron ni pío sobre los miles de ‘liberados’ a quienes nunca les toca quedarse en el jodido paro. A los demás sí, a ellos nunca. Lo de este Cándido Méndez clama al cielo. Lleva década y media sin aparecer por el ‘tajo’ y sentado sobre su ‘abundantoso’ culo en la poltrona sindical viviendo de nuestros dineros a cuerpo de rey. Este tipo se ha hecho eterno.
Hablaron de Haití, de Chile, de la banca, de los especuladores, del Banco Central Europeo, y, ¡cómo no!, del PP, al que calificaron de “poco patriota” por “poner todas las barreras que pueda con tal de llegar a la Moncloa” y hasta de los represaliados por los franquistas. Ninguna crítica a Zapatero y a su gobierno. Pero, eso sí, vapulearon a la dirigente alemana Angela Merkel por su actitud ante la crisis griega. Estos ‘elementos’ han olvidado que Alemania se echó sobre sus espaldas su reunificación con la Alemania comunista sin pedirles un penique a los demás países. Y años más tarde esa misma Alemania se convirtió en la ‘locomotora’ de la UE, y, aun más, España ha recibido miles de millones de euros de los diversos Fondos europeos, contando con la generosidad alemana, que nos han puesto al nivel en el que nos hallábamos hasta que el botarate de Zapatero lo ha tirado todo por la borda, endeudándonos hasta las cejas. Alguien debería parar esta insensatez o los sindicatos acabarán lanzando a Zapatero y a todos nosotros por el despeñadero.
Es de dominio público que estos sindicatos de clase mayoritarios, UGT y CCOO, se han quedado obsoletos, anticuados, rancios, viejos, caducos, anacrónicos, en una palabra, son sindicatos que responden a presupuestos, comportamientos y discursos decimonónicos. Asimismo, sus líderes se han fosilizado. Como los sindicatos a los que pertenecen, los Méndez, los Toxo, los Fidalgo, los Pastrana, los Carboneros, los Gil, los Aróstegui y demás fauna son personajes con discursos y visión del siglo diecinueve. Todos ellos han de pasar a la reserva y dejar paso a las generaciones más jóvenes y, así, abrir las ventanas sindicales para que el aire fresco se lleve los miasmas acumulados tras años de mantener las ventanas cerradas a cal y canto. Miasmas que se traducen en un sectarismo vitriólico y enfermizo hacia gobiernos y organizaciones de derecha.
No es descabellado afirmar que estos sindicatos tienen a Zapatero cogido por donde más le duele y, por consiguiente, están viciando las medidas que está tomando Rodríguez Zapatero.
A este respecto, es pertinente traer aquí lo que el periodista catalán Víctor Alba escribió en su libro “Los sepultureros de la República”. Así, el 1º de mayo de 1942, en el Círculo Pablo Iglesias de la ciudad de México, Indalecio Prieto dictó una conferencia titulada “Confesiones y rectificaciones”, en la que señaló las lecciones que sacó de la guerra: “Ni en la guerra ni en la paz, por ninguna clase de motivos, deben entregarse las facultades directivas del Estado a los sindicatos”. ¿No quieren Memoria Histórica? Pues ahí la tienen.