La Flagelación organizó ayer un ‘Potaje solidario’ en beneficio de la asociación ACEFEP que cosechó un gran éxito. No solo se acabó la comida estimada para unas 200 personas, sino que hubo que preparar más “¿Pero eso qué es?”; “¿Y toda esa gente, qué hace ahí?”, “¡chiquilla! ¿tú sabes qué fiesta se celebra hoy?”. Tomar la esquina que conduce a la calle teniente Pacheco, donde se ubica la sede de la Hermandad de la Flagelación, significaba ayer extrañeza y sorpresa. “La de la solidaridad, señora, la de la solidaridad”, se podría haber contestado a esa anciana que, con su nieta de la mano, observaba sorprendida la imagen. Y es que el gesto de quienes llegaban hasta la zona con el desconocimiento de que, en ese lugar y a esa hora, la Asociación Ceutí de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (ACEFEP) había convocado una comida solidaria, reflejaba cierta impresión. No era para menos. El ‘potaje solidario’, apoyado por un estupendo día a pesar de las previsiones meteorológicas, estaba siendo desde primera hora un éxito.
Así lo calificaba el secretario de la hermandad de la Flagelación, Antonio Gil. Habían calculado comida y bebida para unas 200 personas y se quedaron cortos. “Ayer, un poco sorprendidos por tanta gente que nos preguntaba y nos aseguraba que se iba a pasar, aumentamos un poco la cantidad, pero realmente no pensábamos esto para nada”, reconocía el responsable. Esta iniciativa, que logró congregar a un nutrido número de hermanos de la Flagelación, así como amigos y familiares y otras personas vinculadas a ACEFEP, supone un grano de arena más al difícil cometido que a la asociación se le planteó hace unas semanas. Deben reunir fondos para poder emprender un proyecto de gran envergadura: la construcción de una nueva sede que, tras un acuerdo con la Ciudad, irá ubicada en una nueva pérgola que se levantará en La Marina. Aparte, la hermandad también incluye esta actividad dentro de su obra social.
Si el potaje y la paella volaron a la velocidad del viento, algo similar ocurrió con los postres. Pero como, dado el entrañable ambiente que se respiraba nadie se quería mover del lugar, comenzaron a llegar las bandejas de pasteles traídas desde confiterías cercanas. “¿Os habéis quedado con hambre? Esperad cinco minutos que traemos un par de ollas más”, se escuchaba decir. Y no era broma, las provisiones llegaban. Estaba claro que, si algo no iba a faltar en la peña gastronómica ‘La Cuchara’, impulsora también de la actividad, era la comida.
“Hasta dentro de un par de días no sabremos cuánto dinero va a suponer al final”, informaban los responsables. No podían dar cifras pero las sonrisas en sus rostros, sabedores de que el ‘potaje solidario’ había sido un éxito rotundo, no dejaban lugar a dudas. Otro pellizco más para que la nueva sede se haga realidad y la lucha en pro de la salud mental de los ceutíes continúe adelante. Tal y como lo ha hecho en los últimos años. Con trabajo, esfuerzo, iniciativa y, sobre todo, originalidad. Ellos y ellas, los responsables de la Flagelación y ACEFEP, al estar inmersos en la atención al público, la venta de tickets y la provisión de comida y bebida, trabajaban más que disfrutaban. Pero no les importaba. “Por ellos, lo que sea”, decían unos y otros refiriéndose a los usuarios que día a día se benefician de los servicios de ACEFEP. Una iniciativa solidaria que, al igual que el I Cruce a Nado Solidario del Estrecho que ha conseguido recaudar 6.000 euros, ha logrado reunir más fondos a la par que hizo disfrutar a cerca de 300 personas de un sábado diferente en compañía de familiares y amigos. Y abastecer el estómago con una comida exquisita, todo sea dicho.