El pasado sábado 3 de febrero fue la última vez que la familia de Baker, un joven marroquí de 17 años, supo de él. La noche siguiente, este vecino de Martil emprendió un peligroso viaje cuyo destino sería Ceuta. Transcurridos tres días desde que se echó al mar, nadie sabe dónde se encuentra.
La voz de alerta la ha dado un primo del adolescente, quien aseguró que Baker habría comenzado su travesía a nado sobre las 21:30 horas.
No es la primera vez que el joven buscaba huir de Marruecos. En el pasado no lo logró y en este nuevo intento la incógnita permanece, pues hasta los momentos no se ha comunicado con nadie de su familia. Su amigos tampoco saben qué pudo haber pasado con él.
Aunque es poco lo que sabe el primo de Baker, relata que si bien ya lo había intentado antes, desconocía que su familiar tuviera planes de un nuevo viaje.
Su móvil lo dejó en casa, lo que también se convirtió en una mala señal. En la advertencia de que el joven había planeado algo que la familia desconocía.
Baker no nadaría solo hasta Ceuta, sino que lo acompañaría su amigo Amin, quien finalmente desistió por temor al mal tiempo.
La motivación final de este joven estudiante fanático de las bicicletas fue el enterarse de que sus amigos Mounir y Badr Din Al-Qabbashi habían hecho el recorrido el viernes. El primo del adolescente, entre lo que pudo investigar, se enteró de que Baker quería reunirse con ellos al saber que “pudieron cruzar”.
A medida que avanzan las horas la incertidumbre en el círculo familiar de Baker es mayor. Sus allegados esperan una llamada o al menos un mensaje que es indique que está sano y salvo, esté donde esté. Piden a cualquiera que sepa de su paradero que les informe inmediatamente.