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Es un colegio basado en una educación integral donde los valores o el compromiso social figuran entre sus fines primordiales
Sus inicios en la actual ubicación se remontan al curso 1984-1985. Antes ocupaban los bajos de varios edificios en la barriada de Los Rosales. Hoy, y después de varias obras de reforma y ampliación, el colegio Juan Carlos I cuenta con 505 alumnos en sus aulas y un proyecto educativo muy definido. “Queremos hacer del centro un lugar en el que tengan participación todos los sectores de la comunidad educativa: profesores, alumnos y padres”, asevera la directora del colegio, Mª Carmen Benítez.
Su objetivo es conseguir una educación integral en todos los ámbitos. “No debe basarse sólo en los conocimientos, sino también en la educación en valores, la educación emocional, la relación con el entorno y el compromiso social, ya que la suma de todo ello hará que nuestros niños se conviertan en alumnos preparados para vivir en sociedad de forma responsable, comprometida y solidaria”, añade Benítez.
Precisamente, y gracias a su proyecto ‘Valores para la convivencia’, el centro se alzó como finalista autonómico y nacional en la última convocatoria del ‘Premio Acción Magistral’. “Esto ha supuesto un notable reconocimiento a nuestro trabajo y un impulso para seguir aprendiendo y mejorando en todos los aspectos relacionados con la educación integral de nuestro alumnado”.
En esta búsqueda del compromiso con el resto de la sociedad, si una frase puede resumir la seña de identidad más característica del ‘Juan Carlos I’ ésta sería: “Aprender dando servicio a la comunidad”.
El centro se especializa en la integración sensorial, concretamente de alumnos con discapacidad visual y auditiva
El centro escolar también se caracteriza por la atención a alumnos con discapacidad auditiva y visual, que se integran en el aula como uno más. “Aprenden a través del alfabeto braille y la lengua de signos. Están juntos desde los 3 años y asumen perfectamente sus diferencias como grupo. Hay dos niños con deficiencia visual grave y los propios compañeros quisieron aprender el mismo código de comunicación que ellos”, apunta África Moya, una de las tutoras de un aula 2º de Primaria. Es sólo un ejemplo del método de aprendizaje que se imparte en este colegio, donde la solidaridad también marca otro de sus principales proyectos. De ahí nacen actividades como el ‘Rincón Solidario’ que, como su propio nombre indica, se trata de un espacio habilitado para la recogida de ropa, alimentos, juguetes y tapones para niños que padecen alguna enfermedad. Los alumnos también han efectuado visitas a centros de mayores, organizado actividades con discapacitados o montado un mercadillo solidario que, cada año, destina los beneficios a una causa diferente, en esta ocasión a la Protectora de Animales.
Con ‘El Gusano lector’ los alumnos fomentan el hábito de lectura. Esta actividad, en la que participa la totalidad de los ciclos del centro, consiste en la lectura de varias obras que, posteriormente, los propios escolares valoran en el gusano gigante que adorna una de las paredes del centro.
La educación en la igualdad se aplica desde los primeros años en el ‘Juan Carlos I’. Uno de los proyectos que se desarrollan en este ámbito es el del ‘Catálogo de juguetes’, cuyo fin es eliminar la imagen de ‘juegos sexistas, destinados a niños y niñas’.
“Estos proyectos y programas de innovación benefician a la comunidad educativa en general y, sobre todo, a los alumnos, que son los protagonistas de nuestro quehacer diario”, apostilla la directora del centro escolar.