Cinco de los marroquíes que fallecieron el pasado mes de noviembre tras naufragar la patera que ocupaban frente a las costas de Barbate descansan ya en su país. Hasta allí fueron trasladados sus cadáveres después de ser identificados gracias a las gestiones desarrolladas por la Guardia Civil, el Consulado y la Funeraria SFA, con sede en Los Barrios.
Este jueves tres de estos cuerpos cruzaban la frontera del Tarajal a primera hora de la mañana, tras llegar en el ferry que enlaza Algeciras con Ceuta. Fueron enterrados en una aldea cercana a Kenitra a las diez de la noche. El sábado otros dos llegaban también a su pueblo, en donde los recibían sus familiares como nunca lo hubieran esperado, dentro de unas cajas de madera, preparados para descansar eternamente.
Martín Zamora, responsable de la Funeraria que ha gestionado los trabajos, explica a FAROTV la labor desempeñada. “Ya se han identificado la mayoría de los cadáveres y ahora estamos en la fase de trasladarlos. La semana que viene iremos repatriando los demás cuerpos. Ha costado. 14 fueron identificados por las huellas gracias a la Guardia Civil. El resto, gracias a las familias, también se ha podido identificar y solo queda esperar las pruebas de ADN de tres. Creemos que se va a poder identificar a todos”, explica.
El 6 de noviembre de 2018 se escribirá con las lágrimas que envuelven una tragedia, la de estos varones que murieron demasiado jóvenes. De los ocho naturales de Kenitra quedan solo esos tres por identificar. También hay compatriotas de Salé y Mekinés. Las gestiones son complicadas al igual que la repatriación, que es sufragada por el Gobierno de Marruecos. Para las familias es un descanso el poder tener a sus hijos en su tierra, para poder rezarles y visitarles aunque no sea de la manera en que habían pensado.
Los ocho de Kenitra eran jóvenes, casados y con hijos. Solo uno era soltero. Y es que de Marruecos huyen padres de familia que tienen por objetivo llevar dinero a sus familias. El éxodo marroquí repunta como hacía años que no sucedía, pero también causa muchas muertes y extiende las tragedias desde el norte hasta el sur del país.
Estos jóvenes murieron ahogados, ante los ojos de los supervivientes que vivieron la tragedia de Barbate, tan solo a unos metros de la costa. Los cadáveres fueron apareciendo poco a poco, hasta 23. El mar no se queda con nada y los fue escupiendo de manera gradual.
Estudiantes, padres de familia que buscan trabajos, otros que tienen estudios, hasta un conocido boxeador... la patera de la muerte se llevó a todos los que pudo. Marcó otra brecha en uno de los mayores cementerios: el que representa la ruta del Estrecho. Ahora descansan ya en su lugar de origen.
Cuando los vehículos de la Funeraria SFA llegó hasta la aldea los residentes en el lugar les esperaban e indicaban los puntos a donde tenían que llegar. Solo había palabras de agradecimiento entre los padres, hermanos, amigos que perdieron a sus seres queridos y que pudieron hacerles un entierro con dignidad.
¡¡Coño¡¡
Daniel Boone.
Habra venido a retirar las trampas.