La operación ATAM-Macetero, desarrollada esta madrugada en Ceuta entre Guardia Civil y Policía Nacional, ha causado un daño colateral. Un daño que tiene nombre y apellidos.
Son los de la dueña de una vivienda equivocada. La puerta de esa casa fue reventada por los agentes por error. La incursión debía practicarse en otro hogar, pero golpearon, abrieron y accedieron a esa casa que nada tiene que ver con la investigación llevada a cabo.
Su dueña, que la tiene alquilada, se encontraba en la Península. Las llamadas constantes que fue recibiendo derivaron en un ataque de ansiedad: cómo aclarar que nada tiene que ver con esa operación cuando su propia casa aparece en el vídeo oficial que difundió la Jefatura y que fue grabado por los agentes.
Que se aclare lo sucedido
La afectada muestra esa grabación en un encuentro con El Faro, una grabación en la que se aprecia a los efectivos del CNP, maza en mano, golpeando la puerta para acceder a un hogar movidos por un error, ya que esa casa nada tenía que ver con la investigación manejada.
Pero eso la gente no lo entiende, el ciudadano a pie de calle es ajeno a la realidad, más aún si ve esa vivienda protagonizando una grabación oficial.
La afectada, tras conocer lo ocurrido, puso rumbo inmediato a Ceuta para aclarar el entuerto. Este miércoles presentará la oportuna denuncia en la Policía, sobre todo para que se aclare que nada tiene que ver con todo esto y para que se subsanen los daños causados en la vivienda.
De entrada, los destrozos en la puerta de acceso, porque el impacto emocional es imposible de subsanar.
Un señalamiento público y una excusa también pública
Públicamente se ha señalado además su casa, ubicada en el Morro, por lo que reclama una especie de enmienda o de asunción de error para que también públicamente se sepa que ella es una ciudadana normal cuya casa terminó protagonizando ese error.
Ella es la víctima de ese daño colateral que pudiera haber pasado desapercibido, pero que, muy al contrario, está protagonizando una grabación con sello oficial distribuida a todos los medios de comunicación en una cadena de difusión ya imparable.
Los errores pueden suceder, más aún en operativos de cuantiosos registros. Las enmiendas a esos errores son ahora las que se esperan.
Vaya tela¡