Conduciendo un Volkswagen modelo Touran. De copiloto su pareja y de acompañantes tres hijos menores de edad. Esta es la radiografía de una familia que el pasado enero abandonaba Ceuta y que hubiera quedado en un embarque más de no ser porque la Guardia Civil encontró casi 58 kilos de hachís escondidos en distintas partes del coche.
El marroquí, con permiso de trabajo y residencia en España, ha terminado condenado a 3 años y 10 meses de prisión por un delito contra la salud pública después de reconocer la autoría de este pase de drogas.
El titular del Juzgado de lo Penal número 2 dictó sentencia concretando que, cuando cumpla dos tercios de esa condena, se le expulsará a Marruecos si no es capaz de demostrar arraigo en nuestro país.
A la pena de cárcel se añade una multa de 388.757 euros asociada al valor de la mercancía con la que intentó embarcar, aunque hasta el final insistía en que nada tenía que ver con ese lote de narcóticos.
El vehículo intervenido, que era propiedad de un tercero, había sido preparado con dobles fondos practicados en el maletero, bajo los asientos adicionales y en el paso del tubo de escape.
El llamado M.A. fue conducido a la prisión en donde se encuentra desde su arresto en el embarque. Su perfil era en apariencia impropio para un traficante de estupefacientes, pero en los últimos meses la Benemérita se ha topado con varios casos de familias con hijos menores que viajan con droga escondida en unos vehículos que funcionan como unas particulares pateras de la droga a cuatro ruedas.
En este caso la Guardia Civil tuvo que poner a disposición de la Fiscalía a los menores para que se hiciera cargo mientras la pareja permanecía las primeras 24 horas bajo arresto hasta su presentación en el juzgado.