Durante varios días y otras tantas noches, los agentes marroquíes habían acosado a los inmigrantes subsaharianos que formaban el campamento próximo a la frontera de Ceuta. Fueron noches duras, complicadas, difíciles de superar para los hombres, mujeres y niños del campamento. No fue hasta la madrugada del 29 de septiembre de hace 15 años cuando más de 700 personas decidieron que debían escapar del lugar, que debían ir hacia la valla para intentar entrar en Ceuta. Lo pensaron y decidieron en minutos, sin creer que esa madrugada iba a ser la peor de sus vidas.
Las batidas hechas por los agentes con uso de palos y perros eran insoportables. También el hambre y el hacinamiento. Poco antes de aquel salto, El Faro de Ceuta visitó esos campamentos y vio cómo la peor de las formas de vida se daba en aquel lugar. Esa madrugada la valla estaba demasiado cerca, pero también los disparos. Quien dio la orden nunca se supo, pero una ráfaga de disparos golpearon los cuerpos de varios de los subsaharianos. Cinco fallecieron, al menos que se sepa oficialmente. Dos presentaban orificios de bala en la espalda producidos por agentes marroquíes. Nunca hubo investigación, tampoco condenas. Otro de los subsaharianos murió desangrado en las concertinas que ahora retira el ministro socialista, Fernando Grande-Marlaska. Los Bomberos junto a la Guardia Civil tuvieron que desenredar su cuerpo. El resto murió tras una sangrienta forma de entrada que no tuvo castigos ni tampoco clemencia.
Hoy se cumplen 15 años de esas muertes, de esos cientos de heridos y de las expulsiones que se llevaron a cabo en bloque, sin atender si había menores o gente malherida. De la valla fueron apartados al desierto en la mayor de las masacres consentida por España, Marruecos y la complaciente Europa. Solo algunos supervivientes narrarían después aquel episodio cerrado en falso. Aquel episodio que no logró cambiar la política de fronteras.
Hoy 15 años después, las concertinas se están retirando de la valla. Las mismas que mutilaron y mataron a personas, las mismas que enredaron cuerpos. La estructura del vallado es un canto al respeto a los derechos humanos de la forma más falsa que se conoce. Nada cambia a pie de frontera, nada cambia en un escenario en el que nunca se quiso hacer justicia por los muertos de la valla. Los muertos para los que no hay marchas por la dignidad, los muertos olvidados, los muertos que ni siquiera tienen un recuerdo.
Las fronteras, barreras y vallas entre los países sigue siendo la expresión mas grotesca del mundo. Prohibir la libre circulación de las gentes sigue siendo uno de los crímenes de estado no perdonable.
ya sabes "llevalos pa tu casa", con el dinero de mis impuestos no quiero que se subvencione nada que tenga que ver con estos angelitos, abogados, medicos, buenas personas, paga pensiones y demas que vienen a españa a enriquecernos multiculturanizandos y a reflotar la natalidad. Yo quiero seguir siendo un paleto español sin muticulturalizar. El que quiera hacer una buena obra que la haga con su dinero, que facil es disparar con polvora ajena.