Los testigos dicen que se resistió a desprenderse del fardo en el que cargaba productos diversos, entre otros, alcohol.
En los controles sobre las mercancías en el lado marroquí del puente del Biutz –único paso autorizado de bultos de un volumen que los excluye del régimen de viajeros– se generan tensiones por el trasiego de personas que, en la mañana de ayer, se saldó con una porteadora herida por arma blanca en el cuello y una de sus manos.
Según autoridades del país vecino, la mujer había atravesado los tornos del paso sobre las 8.00 horas cuando un aduanero marroquí la requirió al orden porque transportaba alcohol. De acuerdo con el testimonio de otros camalos, la persona requerida por el agente cargaba unos 1.500 euros en productos variados entre los que se encontraban estas botellas cuyo pase está prohibido, añadieron.
La porteadora trató de convencer al aduanero hasta que éste, comprobando que ella no iba a deshacerse del porte voluntariamente, decidió sacar un arma blanca con el fin de cortar el material con el que el paquete estaba adherido a su cuerpo. A consecuencia del nerviosismo que presentaba la marroquí, según describieron los testigos, ésta recibió un corte en el cuello y también en una de sus manos.
Los testigos aseguraron que la mujer sangraba en abundancia y fue trasladada a un centro hospitalario de Marruecos. Al cierre de esta edición, no pudo ser confirmado el estado de la paciente. No obstante, fuentes consultadas por este periódico apuntaron a que pudo recibir el alta durante la tarde.
Tanto en el lado marroquí como el español, efectivos de las fuerzas de seguridad utilizan armas blancas para cortar las sujeciones de los fardos que los porteadores llevan pegados al cuerpo con cinta adhesiva o cuerdas, entre otros materiales. En ocasiones, incluso salvan la vida de las personas que trasladan esos paquetes ya que, al caerse, pueden asfixiarse por el peso. Durante las largas esperas en los alrededores de la frontera del Tarajal en las semanas de mayor concentración de porteadores, quienes hayan frecuentado la zona han podido comprobar que ellos mismos usaban cuchillos para cortar esas cinchas rudimentarias.