Habilitada en la Biblioteca Pública, los técnicos analizan si la joya pudo desplazarse un centímetro.
Una de las joyas arquitectónicas de la ciudad, la flamante Biblioteca Pública del Estado ‘Adolfo Suárez’, y en concreto el yacimiento de Huerta Rufino que acoge en su seno, resultaron afectados por el último terremoto que sacudió a la ciudad, que data del pasado 24 de enero. Por tal motivo, y por causa de la sacudida, técnicos especializados se han desplazado hasta nuestra ciudad para analizar el histórico enclave y, llegado el caso, adoptar las medidas de restauración y/o conservación adecuadas.
En este sentido, según ha podido conocer esta redacción y así lo han confirmado fuentes oficiales de Cultura, cabe señalar que el daño podría haber consistido en el desplazamiento de un centímetro de parte del mencionado yacimiento.
Con una magnitud 6,3 grados en la escala Richter, ocurrido a las 5.22 de la mañana, con epicentro al sur del Mar de Alborán y que fue sentido especialmente en Melilla, Alhucemas y Andalucía, el terremoto, no obstante, se dejó notar en numerosos hogares ceutíes, como así destacaban otros tantos testimonios ofrecidos por la crónica publicada por el decano el día posterior al suceso. Consecuencia de ello, algunos edificios sufrieron pequeños percances, como los que todo hace indicar que ha ocurrido con el yacimiento de Huerta Rufino, unos restos de gran valor que la Biblioteca, a cuyo frente está José Antonio Alarcón, su director, ha sabido ganar y acercar a la sociedad.
De hecho, y en aras de destacar el valor patrimonial del mismo, es preciso señalar que la Ciudad destina unos 6.000 euros a los trabajos de mantenimiento del yacimiento, toda vez que antes de la inauguración del edificio, el 2014, fuera sometido a una completa limpieza y consolidación, aunque desde el servicio arqueológico de la Consejería de Educación y Cultura se ha reiterado en la necesidad de mantener una atención “permanente” en las condiciones de conservación y realizar periódicas labores de limpieza y mantenimiento por personal “con formación y experiencia suficiente” en este tipo de trabajos en yacimientos arqueológicos.
Así, y ante la sospecha, fundada por otra parte, de que el movimiento sísmico causar estragos en la salud e integridad del yacimiento, los responsables han requerido la presencia de los técnicos expertos, que desarrollan en estos días las labores precisas para elevar un dictamen acerca de los daños. Encontrarán, eso sí, un yacimiento pulcro, puesto que el mencionado servicio de mantenimiento consiste básicamente en la limpieza de polvo y suciedades de las estructuras de las viviendas y calles; el examen y la valoración del estado de conservación del yacimiento identificando posibles patologías; la aplicación de las acciones precisas para eliminarlas, si las hubiera, incluyendo la consolidación de las estructuras, retacado de muros y suelos, aplicación de biocidas y cualquier otra actuación de naturaleza semejante destinada a garantizar la preservación del yacimiento medieval.