La compañía Etcétera traerá esta tarde a Ceuta la obra Andersen el Patito Feo. Será a las 18.00 horas en el Teatro Auditorio del Revellín. El fundador de la compañía, Enrique Lanz nos habla de esta historia y también de su compañía.
¿Cómo se sienten al venir a Ceuta a presentar aquí ‘Andersen, el Patito Feo’?
Me encanta. Siempre salir de la península, me encanta. Sea Ceuta, Melilla o Canarias, nos gusta mucho. Y ya hemos estado varias veces en Ceuta, hace mucho tiempo y hace no tanto, con otros espectáculos en el mismo espacio y el trato siempre ha sido encantador.
En esta ocasión venís con ‘Andersen, el Patito Feo’. ¿Qué le llevó a traer este cuento a la escena teatral?
‘El Patito Feo’ llevábamos mucho tiempo con ganas de hacerlo porque la temática nos gusta mucho y es como muy de actualidad con todos los casos que hay de rechazo a los niños diferentes en los colegios. Es como una constante contra la que hay que seguir luchando para que desaparezca en los colegios y en general.
¿Se cuenta la historia original o es una especie de adaptación?
Es la historia original adaptada y mezclada porque Andersen, en su autobiografía y contestando la entrevista de un periodista, que le dijo, “¿cuándo va a escribir su autobiografía?”, él respondió, ya la he escrito, se llama ‘El Patito Feo’.
Cuando ya escribió de verdad la autobiografía cuenta que ‘El Patito Feo’ surgió pensando en su propia experiencia y en su propia vida.
Entonces, hemos mezclado la infancia de Andersen y un relato sobre su vida y sobre su comienzo en la creación, justamente provocado por ese rechazo, y como finalmente se convirtió en un personaje reconocido. Vamos contando las dos cosas a la vez.
Del cuento se narra por la versión original, aunque hemos recortado alguna cosita que escénicamente no funcionaba tan bien, se hacía un poco largo.
Esta es una obra dirigida al público infantil. ¿Con qué mensaje le gustaría que salieran los más pequeños cuando terminen de ver esta obra?
Los más pequeños curiosamente entienden perfectamente la obra. Empatizan mucho con el patito y cuando hemos hecho coloquios al finalizar el espectáculo, muchas veces nos salen esos niños patitos feos y responden como muy aliviados, como sintiendo ‘no soy yo el único’, ya le había pasado a otro y entienden perfectamente el mensaje.
Cuando son niños de 5 o 6 años, que ves que te han captado el mensaje perfectamente, para nosotros es una gran alegría y también es un estímulo para trabajarlo en los colegios. Los maestros también lo ven como una herramienta muy favorecedora hablar de esas cuestiones.
¿Cómo será la puesta en escena?
Hay un saxofonista en directo. A veces lo hacemos todo con música en directo pero otras veces una parte es música grabada. En el caso de Ceuta se hace con música grabada y un músico en directo.
La puesta en escena son muchas capas. Utilizamos los papeles recortados, que mucha gente no conoce esa faceta de Andersen que siempre iba con unas tijeritas, iba recortando papeles, de los que se han conservado más de mil. Utilizamos esos papeles recortados de Andersen para ir construyendo la escenografía.
Luego es un escenario que se va agrandando poco a poco, porque él decía que al principio pensaba que todo el universo estaba en su pueblo y poco a poco fue viendo cómo ese universo se hacía más y más grande.
Eso lo representamos también agrandando poco a poco el espacio escénico. Todo surge de una reproducción de la casita natal de Andersen que está en escena y muchos elementos títeres como si fueran los títeres que su padre le construía, con los que él jugaba.
Él jugaba con títeres de pequeño. Entonces todo eso es lo que ha sido nuestro estímulo también para ir creando las imágenes que proponemos y esta historia que tiene momentos, como es la historia del Patito Feo, en la que hay momentos oscuros, momentos que generan un poquito de inquietud, de miedo, momentos muy luminosos como la primavera. Atmósferas de todas las estaciones del año también.
Hablando de la compañía Etcétera, ¿cómo nace?
La compañía nació hace 44 años. Yo decidí desde muy joven, con 14, que quería dedicarme a hacer teatro de títeres y a los 16 años formé la compañía. Desde entonces estamos en ruta, trabajando en títeres, en todos los formatos, siempre unido a la música.
Y después de tantos años, tantas obras representadas, ¿hay alguna que recuerde con especial cariño o que sea más especial para la compañía?
Algunas son muy especiales. Por ejemplo, la primera con la que giramos muchísimo por Europa y por otros países del mundo, fue un espectáculo que para nosotros nos abrió al mundo y nos abrió las puertas a los festivales más importantes y con las que recorrimos mucho mundo.
Siempre por ser la primera y por habernos abierto tantas posibilidades y acogernos tan jóvenes, fue una obra que recordamos con cariño, pero también ha habido otras muchas.
‘El carnaval de los animales’, que es muy sorprendente, somos 22 personas; o ‘El retablo de Maestro Pedro’, que es una ópera muy breve pero enorme en sus dimensiones, que hacemos en teatros de ópera.
Cada obra en nuestro trabajo es muy peculiar, intentamos que ninguna se parezca a otra. Entonces, es como que son difíciles de comparar. Todas reúnen elementos similares, porque todas unen la música con el lenguaje plástico y los títeres, pero todas son muy diferentes en estética, en formato y en estilo de títeres.