Cada dos horas y cuarto, una persona en España se quita la vida. Un total de 11 víctimas mortales a diario, pero teniendo presente que son otras decenas más las que manifiestan una conducta suicida. Estas lo llevan a la práctica, pero sin alcanzar dicho fin. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020 los suicidios se cifraron en 3.941 muertes. Estos datos se convirtieron en los más elevados desde que se tiene registro. La pandemia de la Covid-19 pasó factura, también en Ceuta, y fue cuando entonces se empezó a poner sobre la mesa la importancia de la salud mental.
Desde una perspectiva de sexo, los hombres son los que más optan por poner punto y final a sus vidas. Basándonos en los datos del INE, en 2020 ellos fueron algo más del 74% de la totalidad y ellas, el 26% restante.
En base a estos datos, la psicóloga de la Asociación Salud Mental Ceuta (ACEFEP), Ana Belén Núñez Fernández, comenta que “estos números son preocupantes y demuestran que tenemos que llevar a cabo acciones preventivas para así frenar los casos de suicidio”.
Ceuta y Melilla no aparecen en los datos que muestra el Instituto Nacional de Estadística, solo el resto de las comunidades españolas. Tampoco lo hace la Fundación Española para la prevención del suicidio (Fsme), la cual bebe de los números que arroja el INE. Por ejemplo, hace dos años en Andalucía tuvo lugar un total de 793 casos. 556 en Cataluña; 440 en la Comunidad Valencia o 305 en Galicia.
Recientemente, el Colegio Oficial de Psicología, a través de su grupo de investigación, llevó a cabo una encuesta sobre salud mental. Los resultados, bajo criterio de Antonio Cabrera Rada (vocal de la Junta de Gobierno del COPCE y miembro del GIPEC), fueron “alarmantes”. De 1.040 personas encuestadas entre Ceuta y Melilla, el 64% afirmó que había tenido pensamientos suicidas.
En la gran mayoría de los casos de suicidio, las víctimas dejaron señales de que su situación vital no iba bien. El sentido de vivir lo fueron perdiendo poco a poco, quedando en silencio y a espaldas de la sociedad. “Los cambios de conducta, aquellos que perdieron el trabajo y se encontraban en una tesitura económica o familiar difícil o los que padecen algún trastorno se convierten en móviles propensos a desarrollar esta conducta”, explica Cabrera Rada.
Por ello, “en caso de que una persona se encuentre así, lo que se recomienda es que lo verbalice en voz alta a personas de su entorno para que así pueda pedir ayuda psicológica si es necesaria”, comenta Núñez Fernández. Con respecto a esta última vía, la de los profesionales, se abre una brecha social. El bolsillo de todos no da para sufragar los gastos de un profesional de salud mental. En el caso de lo público, las bajas ratios que existen muestran las largas colas de espera que existen.
El círculo más cercano a las víctimas, familiares o amigos, se convierten en el primer salvavidas. Ellos son una pieza clave. “Normalmente, lo que debe hacer es acompañarla para que busque una solución a todo el dolor que hay en sus adentros”, aconseja la psicóloga de ACEFEP. Además, advierte de que “no hay que hablar de valientes o cobardes porque la gente no se quiere quitar la vida, sino que prefiere dejar de sufrir”.
Otras maneras de poner remedio a este dolor, también pasa por las nuevas tecnologías y organizaciones no gubernamentales. Este es el caso de la Asociación de Profesionales en Prevención y Postvención del Suicidio ‘Papágeno’. Otro puede ser, ‘La Niña Amarilla’ que nació a raíz del libro publicado por la periodista María de Quesada, quien ha reconocido públicamente que en su adolescencia intentó quitarse la vida. La web digital y app ‘Prevensuic’ también se encarga de ofrecer contenidos provenientes de profesionales.
Las ayudas también pasan por los números de móviles. El Teléfono de la Esperanza es el 717 003 717. Otro que se espera es el que ofrecerá el Gobierno de España a partir del próximo mes de mayo. Aún se desconoce la fecha de cuando se activará, pero este será el 024. Ambos son y serán gratuito, sin coste alguno.
Esta realidad también pasa por los jóvenes, pues el suicidio se convierte en su primera causa de muerte no natural. Las edades que se comprenden van entre los 15 y 29 años.
Entre los motivos, Cabrera Rada comenta que están “los casos de bullying, las faltas de expectativas de futuro, así como las carencias económicas”. El suicidio también pasa por los adolescentes.
A mediados de diciembre Marruecos ordenaba el traslado de un aduanero destinado en el puesto…
El Estado Mayor de Defensa ha anunciado que este jueves el Buque de Acción Marítima…
Quedan tan solo unos días para que llegue la Nochevieja y entre el nuevo año.…
La oenegé Ca-minando Fronteras ha presentado su informe Monitoreo Derecho a la Vida 2024 en…
Las obras de la capilla del Carmen de la Almadraba siguen sin ver la luz…
La AD Ceuta se encuentra de vacaciones desde que terminara el encuentro el pasado domingo…