La quema continuada de vehículos no es casual, como tampoco lo es la presencia, cada vez mayor, de coches abandonados que han sido antes desguazados. La Policía mantiene que en un tanto por ciento elevado hay una vinculación clara entre una acción y la otra.
Este asunto, que ya fue abordado hace meses en un reportaje de este medio, ha mantenido el protagonismo esta semana al formar parte de la lista de temas abordados en la reunión mantenida entre vecinos, mandos policiales y delegado del Gobierno.
El objetivo está claro: hay que actuar con mayor contundencia sobre los vehículos abandonados, para evitar la actuación indiscriminada de los llamados ‘mecanicos andantes’ que se dedican al comercio de piezas para dejar completamente desguazados unos coches que después son quemados. Para alcanzar ese objetivo hay que buscar medidas, dentro de las competencias de cada administración. Pues bien, en este campo la Ciudad ya ha perfilado un plan de actuaciones con el que se quiere erradicar un tipo de práctica que, dado su volumen, cobra visos de ser una actividad organizada.
Al Centro de Proceso de Datos -CPD- se le encomendado la realización de un programa informático con el que se busca una coordinación “al segundo” entre todas las áreas alcanzando esa pretendida “respuesta eficaz”. Este programa permitiría tener un registro de los vehículos que hay en la vía pública y a esa información tendrían acceso directo la Policía Local, el Parque Móvil y Amgevicesa. ¿Qué se consigue con esto?, que no hace falta que desde cada área se esté llamando para pasar lista de los vehículos que detecta un área para que la otra intervenga. Con esa aplicación todos deben conocer las incidencias a la vez: Policía para actuar, Parque Móvil para retirar y Amgevicesa para buscar el espacio en donde serán acogidos.
Paralelo a esta actuación se trabaja ya en la búsqueda de más espacio en el depósito de Benzú, que ahora se encuentra completamente saturado no ya por la retirada de vehículos sino también por los llegados de depósito Rivero. Ante la apertura del Hospital Universitario se obligó al desalojo de todos los coches y gomas semirrígidas que había en el depósito de Loma Colmenar, procediendo a su traslado, en parte, a Benzú. Estas piezas forman parte del depósito judicial por lo que no pueden tocarse. Así se ha dado lugar a un Benzú saturado en el que, ahora, la Ciudad se afana para recolocar los vehículos para ganar espacio para más de 140 vehículos que serían retirados de las calles.
Con estas medidas y con la planta de descontaminación trabajando al cien por cien se intentará acelerar la erradicación de vehículos en las calles con lo que tampoco podrán ser quemados con tanta asiduidad ni tampoco desguazados generando ese negocio alternativo que ha dado lugar a una auténtica problemática para las fuerzas de seguridad por su impacto en la ciudadanía.
El compromiso de la Ciudad es trabajar desde ya en esta área incluso buscando la forma de acortar el tiempo máximo que por ley puede estar un vehículo en la calle para ser catalogado como ‘abandonado’.
El chollo de los mecánicos andantes
Los tratos para la venta de piezas procedentes de vehículos que están abandonados o tienen apariencia de estarlo se hacen a plena luz del día. En la Almadraba, en el puerto o en el entorno del muelle Alfau se juntan compradores y vendedores a los que acompañan auténticos mecánicos andantes: unos artistas en eso de retirar las piezas de manera rápida. Los vehículos objeto de desguace son trasladados de un lado a otro y en cada camino van perdiendo piezas. El destino final es evidente: o son retirados o si la Policía Local no llega a tiempo terminan siendo los Bomberos los alertados para que sofoquen las llamas.
Esto ha pasado, según datos oficiales del Cuerpo, en casi 300 ocasiones en lo que va de año. Detrás de estas quemas está también el robo de coches. Y es que, curiosamente, buena parte de los vehículos quemados tienen matrícula foránea y han sido robados en la península. Los trasladan a Ceuta y tras ser objeto de desguace terminan eliminados.
En esta segunda faceta del problema se quiere trabajar en dos sentidos: primero, controlando la presencia de quienes se dedican a retirar las piezas de coches poniendo mayor vigilancia en estos ‘puntos negros’. Segundo, actuando sobre las empresas o entidades que, se sospecha, se dedican a la compra de estas piezas. Sobre ellas se puede actuar comprobando que tengan todo en regla y ejerciendo un mayor control para impedir que se les pueda surtir de piezas robadas. Cortando el destino final se pretende segar la raíz del negocio.
Para las asociaciones de vecinos la quema de vehículos se está convirtiendo en un grave problema ya que genera inseguridad y provoca reacciones de miedo entre aquellos que residen cerca de donde se ha generado un incendio. Después está la desidia: la permanencia del vehículo quemado en la zona hasta que es retirado.
AUGC: “Se están llevando piezas por encargo de otros vehículos”
Lo denuncia la AUGC. Detrás de la problemática existente con la quema de coches, su robo y desguace, surge otro negocio paralelo: el robo de piezas por encargo. Y en esto el puerto se lleva la palma. “Ahora dejas el vehículo aparcado y se acercan estos mecánicos y en un momento te quitan las piezas que venderán a otros por encargo. Si el vehículo lleva varios días -unas vacaciones, por ejemplo- te lo puedes encontrar sin ruedas. El negocio es constante”, indica la asociación unificada de guardias civiles. La queja de la AUGC va a más ya que instan a las autoridades a ‘meter mano’ en este asunto evitando, con un plan adecuado, estas prácticas. Lo que pide la asociación es lo que, en apariencia, se pretende con el plan que quiere poner en marcha la Ciudad. Las imágenes lo dicen todo: hay vehículos desguazados en plena calle estacionados junto a otros previamente desguazados y ya quemados. La lectura es clara.
Historia de un negocio
Se quitan piezas de vehículos que se venden por encargo. Este medio es testigo de cómo las ventas de piezas se hacen en la vía pública y los tratos se llevan a cabo sin reparar en la presencia de otras personas.
1 Mirando las piezas. Detrás de esta furgoneta hay otra estacionada que poco a poco va perdiendo piezas. El trato se hace en la vía pública.
2 Faltan las primeras piezas. Los focos y parte del radiador ya han desaparecido de este vehículo. Veremos qué falta en unos días.
3 Y si hacen falta, también asientos. En esto del desguace se oferta de todo. Vehículo abandonado, se quitan piezas, se venden y luego se queman.
4 El objeto de venta. Esta furgonta se ha cambiado en tres ocasiones de sitio en esta semana. Ayer estaba aquí y hace unos días estaba justo detrás de la furgoneta que aparece en la primera de las imágenes. Ahora tiene menos piezas después del desguace en la vía pública.
EL PUNTO DE VISTA DE BOMBEROS
S.V.
‘300 coches ¿por quemar?’
Las cifras de coches quemados superan ya los 300 en lo que va de año, según señalan fuentes de Bomberos, y todo apunta a que un número similar de vehículos, en estado de abandono, pudieran sufrir la misma suerte.
El volumen de vehículos, que ha pasado a convertirse de un mero hecho puntual en una constante, se demuestra en las intervenciones del Cuerpo de Extinción de Incendios y Salvamento, SEIS, con estadísticas que llegan incluso a superar las de grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Entre una y tres salidas por coches calcinados llegan a contabilizar los efectivos de Bomberos.
Estos incendios dejan tras de sí una segunda lectura muy a tener en cuenta a la hora de adoptar medidas para evitar estos desagradables sucesos: la desatención a otros servicios a los que son reclamados los bomberos. “Estos incendios provocan desajustes en otras salidas que pueden ser muy graves”, argumentan las mismas fuentes de Bomberos.
Una intervención en la que es necesario desplazar varios vehículos y un determinado número de bomberos puede dejar desatendidas otras situaciones en los que “a veces incluso puede estar en peligro la vida de personas”.
Desde el SEIS hablan de una situación “fuera de control” que día a día se materializa en una cantidad “ingente” de llamadas. Las estadísticas son demasiado altas para una ciudad como Ceuta, y Bomberos también reclama una solución a un problema que “nos deja sensación de impotencia”.