El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta ha suspendido la vista judicial seguida por una estafa contra A.H.A., denunciada por supuestamente haberse apropiado de cuantiosas transferencias de dinero realizadas por una familiar lejana, responsable de una tienda de ropa, a cambio de recibir mercancía exclusiva que sería trasladada a Ceuta desde el extranjero pero que nunca llegó. La denunciada, residente en Bélgica, se había ofrecido a ejercer de intermediaria para contactar con determinadas marcas de proveedores de difícil acceso. Fiscalía no acusa, pero sí está representada la Acusación Particular que, en su calificación inicial, solicita la imposición de 4 años de cárcel y multa de 12 meses con una cuota diaria de 20 euros. Además reclama la indemnización de más de 10.000 euros en concepto del dinero perdido por entregas que no obtuvieron respuesta en forma de llegada de mercancía. Ante la falta de un testigo que se considera determinante y que no está en España, se ha procedido a la suspensión de la vista para reanudarla en unas semanas.
La denunciante ha explicado que la acusada se aprovechó de la relación de amistad y familiar que mantenían, proponiéndole así la compra de ropa para venderla luego en su establecimiento. Ropa sobre todo de una marca concreta con cuyo proveedor la acusada dijo que podía hablar directamente y que la afectada quería ofrecer en su local. Le indicó que tenía contactos en Bélgica y se quedó a vivir en la casa de la denunciante ganando así mayor confianza. “Me empezó a conseguir contactos y le hice varias transferencias”, ha narrado. Unas transferencias que tenían que ser siempre directas a la acusada. La ropa nunca llegó. “Se aprovechó de mi ingenuidad”, ha detallado, reclamando al tribunal que la condenen para que no vuelve a practicar otras estafas. “Necesita un escarmiento, porque se dedica a eso, a estafar y robar”, ha insistido, recalcando que cree en la justicia y que lo que busca es que cosas así “no las haga otra vez”.
En su declaración la denunciante ha concretado pagos que fue efectuando en distintos momentos para recibir a cambio esa ropa, así hasta uno concreto de 2.000 euros que, según ha manifestado, le pidió la acusada para tratar médicamente a su hijo porque le dijo que padecía cáncer. Algo que luego descubriría que no era cierto. Cuando supo que estaba siendo estafada y le exigió la devolución del dinero, la acusada le habría amenazado con difundir comentarios contra ella en redes sociales o colgar determinadas fotografías si la denunciaba, además de quemarle la tienda.
Fue entonces cuando la denunciante supo de otros dos casos similares presuntamente vinculados a la acusada: el de una mujer que habría sido estafada con la compra de un coche que no recibió y el de un marroquí al que le estaría arreglando los papeles para marchar a Bélgica, trámite que nunca consiguió. Por eso dio el paso de denunciar en el juzgado, aunque solo ha llegado a la fase estelar de celebración de vista oral la denuncia por estafa, quedando archivadas otras dos en instrucción.
La versión de la acusada: niega los hechos
Nunca se recibió la ropa previamente pagada ya que siempre obtenía excusas tras sus reclamaciones. La denunciante ha llegado a decir que sospecha que la acusada se acercó a ella con un plan ya preconcebido de estafarla ya que le daba nombres de supuestos proveedores que luego eran inexistentes.
En el turno de declaración de la acusada, esta ha negado todo. De profesión limpiadora, le gusta el mundo de la moda y se ofreció a hacer de intermediaria cobrando por ello un tanto por ciento, aunque nunca percibió esos cobros. Ha asegurado que el primero de los pedidos llegó a Ceuta pero el resto no, porque la denunciante le pidió trasladarlos vía Marruecos algo que ella hacía llevando las ropas en autocares hasta Tánger, desde donde, supuestamente, serían introducidas por la frontera del Tarajal. Ha explicado que le hizo muchos pedidos y que los ingresos se hacían en su cuenta de Bélgica, insistiéndole en que siempre pusiera en el concepto de las transferencias que era para la compra de ropa. En alguna ocasión no se puso ese término.
La acusada ha negado conocer al marroquí que dijo sentirse también estafado por un contrato de trabajo que nunca se llevó a cabo. En su turno de explicaciones ha considerado que se le utilizó para hacer contactos con proveedores.