Los momentos más duros de la crisis económica han quedado atrás y ahora las empresas que han conseguido superarlos empiezan a consolidarse.
Ésa es una conclusión que puede extraerse del aumento de la recaudación del Impuesto de Sociedades en Ceuta durante los seis primeros meses del año, según Alejandro Ramírez, secretario de la Confederación de Empresarios (CECE). Sin embargo, advierte de que la subida no ha sido muy alta. El incremento en la recaudación de este impuesto llegó a sólo el 2,2%, según los datos de la Agencia Tributaria hechos públicos. No obstante, no en todas las autonomías se han registrado cifras positivas en relación al ejercicio anterior. De hecho, en Cataluña hay un descenso del 81,5%, en Aragón del 75,9%, en La Rioja del 35% y en Castilla-La Mancha del 23%. Por el contrario, las subidas las encabeza Melilla (18%), junto con Extremadura (12,2%) y Valencia (7,4%).
Al margen de circunstancias contables y otros hechos que hayan podido alterar puntualmente las cifras de recaudación, Ramírez piensa que el dato de Ceuta puede indicar que las empresas empiezan a consolidarse tras superar unos años muy duros. “Venimos de una época en la que se ha producido mucha destrucción de negocios. Muchas empresas han cerrado y otras han tenido que reducir gastos hasta conseguir quedarse con una estructura que pudieran mantener. Después de dos o tres años de continuas reformas para adaptarse por fuerza a la situación, cuando ahora mejora un poco la economía general, este hecho tiene una incidencia directa en las empresas”, explica el secretario general de la CECE. Por ello, Ramírez cree que es posible que haya aumentado el beneficio de las empresas y, por lo tanto, la recaudación del Impuesto de Sociedades que lo grava.
Otro aspecto, que en opinión del secretario general de la CECE puede haber favorecido el aumento de la recaudación es, paradójicamente, la reducción del porcentaje al que se tributa. En 2014 el tipo general era el 30%. Con la reforma fiscal y su entrada en vigor, en 2015 este impuesto se vio reducido al 28% y al 25% en el año en curso.
Ramírez considera que este descenso puede haber incendiado la creación de nuevas empresas, sobre todo pymes a partir de la actividad de trabajadores autónomos. De hecho, las altas en la Seguridad Social en ese régimen de cotización son las que más han aumentado en los últimos años.
Sin efectos en el paro
Si es cierto que las empresas locales que han sobrevivido a la crisis ahora están registrando mayor actividad y generando mayor beneficio, estos dos hechos no se han traducido aún en la creación de empleo en nuestra ciudad. De hecho, en los seis primeros meses de 2016 ha caído un 21,2% la recaudación por IRPF, cuyo principal elemento impositivo son los rendimientos del trabajo. En este caso, señala Alejandro Ramírez, la bajada es generalizada en todo el país y la explicación está más clara: Se debe a la reforma fiscal. “Hay que tener en cuenta que del 2012 al 2014, el Gobierno aumentó los tipos impositivos, sobre todo del IRPF. En cambio, en 2015 (los datos hechos públicos por la Agencia Tributaria corresponden a ese ejercicio) hubo una bajada del tipo general. Ahí es donde está la explicación de la caída tan fuerte que se ve en el IRPF, general en toda España. Una bajada de un punto en el tipo impositivo es bastante”, afirma el secretario general de la CECE.
Si además tenemos en cuenta que venimos de una etapa de subidas de tipos, ahora la caída en la recaudación se hace más evidente.
Por lo tanto, la variación de tipos no permite ver cómo está afectando la aparente salida de la crisis a los trabajadores. Al menos, no es posible verlo a partir del IRPF, que podría aportar pistas sobre los niveles de ingresos por actividad laboral.
En cualquier caso, en relación al desempleo, desgraciadamente, esa supuesta mayor actividad de las empresas ceutíes no está repercutiendo de una manera positiva y palpable en nuestra ciudad, a la vista de los datos mensuales que facilita el Servicio Público de Empleo Estatal.