Ayer fue 14 de abril de 2024. El Facebook recordó mi escrito que lancé a las redes un 14 de abril de 2019. conmemoramos, con permiso de los que niegan la memoria histórica, la proclamación de la Segunda República en nuestro país que tuvo lugar en 1931. Este día de abril de 2024 ya se cumplen 93 años. Los republicanos lo recordamos en nuestra memoria colectiva. Debemos seguir guardando esta historia para las generaciones venideras, debemos seguir contándola, escribiéndola, trasmitirla a nuestros hijos, dejarla impresa en los libros, en las calles, en el alma. Nadie podrá borrar el legado de los que la hicieron posible y la defendieron contra el fascismo internacional.
Un Gobierno fue derrocado con las bombas y no con las urnas. Luego vino una guerra, después una posguerra.
Más adelante se proclamó el odio y la venganza cuando los golpistas arrasaron todo lo que la República había conseguido por mandato del pueblo. La guerra no oficial fue más dura: asesinatos, muertes, desapariciones, robos, humillaciones, saqueos, exilios y todos los horrores de la venganza ciega.
Eliminar a los vencidos era la tarea de los ganadores.
Los maestros republicanos perdieron su puesto de trabajo, la iglesia nos hizo católicos, apostólicos y romanos, España fue declarada una grande y libre, Franco fue caudillo por la gracia de Dios, la pasionaria se llevaba a los niños malos, los rojos tenían cuernos y rabos, los muertos desaparecieron abrazados en la tierra y la libertad condenada a cadena perpetua pues el enemigo acechaba en la sombra. A partir de 1939, con todo a su favor para ser generoso, el régimen de Franco encarceló a 270.000 personas y fusiló a 50.000. Al menos 4.000 murieron de hambre y frío en las prisiones y la guerra se hizo eterna.
Hoy vencedores y vencidos caminamos juntos, compartimos trabajo, vivimos en las mismas calles, hablamos de política, proponemos proyectos democráticos; pero los vencidos seguirán vencidos porque los vencedores nunca nos perdonarán. Ellos seguirán siendo los salvadores de la patria.
Hoy, los vencidos, tenemos la obligación de rearmarnos moralmente, de hacernos ver, de recuperar los huesos usurpados, de escarbar la tierra a dentelladas, de invocar a Sánchez Prados, a Miguel Hernández, a Federico, a las 13 rosas, a las mujeres ceutíes olvidadas dos veces por ser mujeres.
Los vencidos no buscaremos la venganza, ni regaremos el odio; eso nos vencería más, pero jamás deberemos permitir otra victoria, otro triunfo de la ignominia.
Seguiremos celebrando todos los 14 de abril pues es un símbolo, una herida cuya cicatriz es indeleble.
Hemos heredado un Rey que nadie ha elegido, no se ha consultado al pueblo. Debemos reclamar un referéndum que cambie las estructuras, unos cimientos sólidos para que la democracia se consolide en la democracia. Trabajaremos cada uno desde la posición que le toque para que no vuelvan y nos amenacen con el patriotismo rancio con olor a naftalina y a Barón Dandy. Tenemos que desempolvar la pancarta del ¡¡¡NO PASARÁN!!!!!!!
Salud, República y libertad.
El fascismo nunca tendrá miedo a ponerse cara al sol.