Es viernes de dolores y, como no puede ser de otra forma, el altar de los Remedios está coronado por la Virgen del Mayor Dolor. Ataviada con un manto rojo granate y bajo una dorada corona, recibe a los fieles de Ceuta en su besamanos tradicional.
Cada año ese acto se celebra para que los feligreses puedan estar cerca de la imagen mariana y para que tengan la oportunidad de rezar o realizar el culto que crean conveniente.
Velas, candelabros, rosarios y alfombra larga para dar la bienvenida a todo el que entra solo para visitarle y para hacer este gesto de respeto. El culto se presenta para la hermandad como uno de los últimos trabajos antes de la llegada de la procesión y del inicio de la Semana Santa.
Una jornada completa
La jornada se presenta intensa para los hermanos, pero la viven con ilusión a pesar del cansancio. Antonio Martí, fiscal de la cofradía, sabe de buena tinta que en esta cuenta atrás es difícil dormir bien pero que, esa incomodidad, vale la pena.
“Es el día más importante como corporación para nosotros. Este día equivale a una salida que esté puesta en regla. A las siete y media de la tarde se hace una misa solemne en la que juran los nuevos hermanos. Después vamos corriendo al vía crucis del Consejo de Hermandades. Somos partícipes en él”, cuenta.
Este año se suman a los Remedios 37 ceutíes, aunque, en realidad, la lista recoge a muchos más que no pueden acudir al evento por falta de disponibilidad. “Por motivos de trabajo o porque están de viaje no pueden venir, pero lo harán más adelante”, cuenta.
Preparativos
A excepción de la entronización de la virgen, todo está listo para que los titulares sean arropados en la calle esta Semana Santa. “Todas las insignias están preparadas, todos ya tienen sus papeletas de sitio”, indica.
“Solo falta eso, la fundición de la acera y los adornos florales que, evidentemente, se colocan en los días próximos al Viernes Santo”, expone Martí al mismo tiempo que otros fieles se acercan a la talla sacra.
“Es una jornada muy dura, pero gratificante. Nuestra función principal al ser un día tan cercano a la Semana Santa nos impide estar con los últimos detalles de la salida, pero eso no significa que no trabajemos en ello, pero sí que nos lo atrasa”, menciona.
Puestos
Poco puede hacer una cofradía sin dinero. Lo necesita para organizar cada año diferentes actos ya sean fuera o dentro de la Semana Santa. La ocasión ha sido aprovechada para colocar dos puestos con la finalidad de recaudar donativos.
Un cepillo frente al altar, otra mesa con productos de la hermandad y otra con flores del palio que han sobrado están repartidas por el pasillo principal de la parroquia. Las últimas no tienen precio. Pueden simplemente llevárselas a casa a modo de recuerdo.
“Hay quien ofrece y quien no, eso no es obligatorio. Es más que nada para que no se echen a perder. Se dan a todo el que las desee”, manifiesta. Estos stands son, tal y como concreta Martí, “una manera de sufragar los gastos que se tienen ahora por la procesión, en la que se nos va una gran cantidad con la Semana Santa”, asegura.
Borrasca
La llegada de la última borrasca Oliver obliga a los hermanos y cofrades a poner la mirada en el cielo. El temor a la lluvia vuelve a surgir un año más tras los episodios de la pasada semana de Pasión.
La preocupación es evidente y están al tanto de los partes meteorológicos que se publican por distintas plataformas. “Siempre repito lo mismo. Si llueve dolería que no hubiera salida penitencial. Es momentáneo porque al día siguiente ya estamos con el culto de la hermandad”, especifica.
“Descubrimos en el a nuestra Gloria que en estos momentos está velada con motivo del tiempo de Cuaresma y de Semana Santa. Ese sábado se revelaría y ese acto se hace llueve, truene, nieva o venga una tormenta o mil borrascas”, expresa. “Nuestra actividad es de enero a diciembre, así que no nos duele del todo porque tenemos el consuelo que seguimos con los titulares todo el año”, detalla.