No es, ni mucho menos, que ignore la importancia de las ideas políticas sino que las valoro por su validez para resolver los problemas reales en cada situación concreta. Me suena bien que todos proclamen con vigor la importancia de la democracia, de la solidaridad, de la igualdad, de la protección del planeta y de la sostenibilidad de la economía, pero valoro más la credibilidad que me inspiran aquellos líderes cuyas palabras se ratifican con sus hechos, las propuestas que tienen que ver con nuestra vida real de nosotros y las medidas que resuelven los problemas más acuciantes como, por ejemplo, las actuales crisis sanitaria y económica derivadas de la pandemia del coronavirus. En estos momentos, sin embargo, lo más urgente es que todos ellos remen juntos y a compás para mantener la asistencia médica universal, la protección de los derechos laborales, el sostenimiento y la revalorización de las pensiones. Tienen que ponerse de acuerdo para resolver los problemas concretos y para mejorar la vida real en una sociedad que pretende ser democrática, solidaria, pacífica y ecológica.
Si no son capaces de ir todos a una ante una situación así, ¿cuándo lo van a hacer?
Claro, conciso y coherente.