No me gustan los triunfalismos ni tampoco las ‘auto-notas’. No todos son así. La Administración no suele ser así. Por eso, 24 horas después del incendio forestal que ha dañado el corazón de García Aldave es mejor huir de las valoraciones en las que todo es positivo porque la ciudadanía lo que espera es el necesario ejercicio de reflexión.
Los Bomberos denuncian fallos en el ya famoso sistema TETRA y los ecologistas critican que los montes no estaban lo limpios que debieran. Negar las evidencias es faltar a la verdad. Cierto es que nuestros montes podrían estar mucho mejor, que seguimos teniendo puntos negros donde se producen vertidos y donde hay acumulación de material que sirve de alimento a un fuego descontrolado. Si Medio Ambiente quiere negar esto, tiene su derecho. Hasta en los juicios, en tu defensa, te permiten mentir. Siempre habrá quien se dará una vuelta para fotografiar cómo la lavadora descubierta hace años sigue tirada en el mismo punto porque nadie la ha recogido o cómo hay zonas en las que no se ha limpiado como se debiera.
Hoy, con el desastre a la vista de todos, solo cabe reflexionar, sustituir el triunfalismo que no lleva a sitio alguno, y evaluar qué es lo que se ha hecho mal para que quien provocó este incendio terminara saliéndose con la suya. Quien lo provocó, ojo, de manera intencionada o por un accidente que podría haberse evitado. Queda mucho por investigar, así que mejor no adelantar acontecimientos.
La propia Administración tendrá que poner encima de la mesa el funcionamiento de su actuación en vez de sacar la lista y empezar a citar a las personas a las que agradecer su labor. Sería, a mi juicio, mucho más lógico.
Por cierto que dentro de esa lógica y trasladando el malestar de muchos compañeros de otros medios, cabría preguntarse sobre la extraña forma de proceder de quienes impidieron a los periodistas subir hasta el Monte de la Tortuga para poder fotografiar correctamente la labor de los Bomberos mientras que dejaron que aquello fuera una feria en la que, con sus móviles, cada cual captaba sus imágenes. ¿Cuál es la diferencia?, ¿qué criterio de prevalencia de la seguridad se mantiene?, ¿en qué se sustenta la prohibición de subida si luego se organiza el gran sarao y hasta la Ciudad emite su propio publirreportaje? Tomen nota.