Un grito de auxilio. Eso es lo que lanza una víctima de violencia de género en Ceuta que siente que ya no puede más. Dice estar abandonada y desprotegida por algunas administraciones y no quiere callarse más.
Ella tan solo quiere retomar su vida, seguir hacia delante y tener un sueldo que le permita dar de comer a sus dos hijas menores. Algo que le resulta muy complicado y que ha sido lo que le ha hecho estallar ya que actualmente tan solo recibe como ingresos 480 euros por ser víctima de violencia de género. Solo pide poder trabajar.
Y es que, según cuenta en una entrevista con El Faro, lleva cuatro años esperando ser llamada para trabajar en un plan de empleo de la Ciudad. Le dijeron que en este último que acaba de salir había muchas vacantes y, finalmente, ninguna ha sido para ella.
La justificación que le dan por no haber sido llamada es que no tiene el graduado escolar, aunque ella ya ha trabajado en otras ocasiones como conserje o limpiando los montes y no era necesario contar con esta formación.
“Hay mucho mamoneo en el plan de empleo. Gente que repite y, ¿por un mísero graduado no me vas a ayudar?”, se pregunta con desesperación esta mujer.
“No puedo más”
“Lo estoy pasando muy mal. Es que no puedo más. Mi situación es catastrófica, yo no puedo tirar con 480 euros”, lamenta esta mujer. Una ayuda que se le acaba en dos meses y “no sé de que voy a comer”.
Actualmente, ella recoge alimentos en Cáritas, “pero eso no es bastante. Mis hijas tienen colegio, desayunan, comen, meriendan y cenan. Yo tengo que pagar muchas cosas y a los tres días de recibir ese dinero se me acaba”.
Lo único que pide es trabajar, algo que hace de forma esporádica cuando le salen empleos limpiando casas, por ejemplo. “Yo quiero trabajar porque me siento realizada, tengo 50 años y no quiero otra cosa”.
Esta situación la está llevando al límite y manifiesta que “tanto que dicen que están con nosotras, es mentira. No se preocupan por nosotras para nada”. Eso sí, quiere destacar la labor del policía que la custodiaba que se preocupa por su estado de forma constante.
“No puedo más”, es el grito de desesperación que hace esta mujer que intenta recuperar su vida después de tanto sufrimiento.
Por fin alguien dice algo en prensa de todo lo que está sucediendo